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Exacto, cuando se requería de asegurar la legitimación del Gobierno Federal, y también justo, cuando se trataba de celebrar el primer aniversario de las cuestionadas elecciones del 2 de julio de 2006, al presidente Felipe Calderón Hinojosa le estalla el nuevo escándalo, este si de proporciones mayúsculas, el hallazgo y decomiso de los dineros del chino Zhenli Ye Gon, con sus tres sospechosos ingredientes: el “equívoco” oficial en la contabilidad de los billetes incautados, la acusación que involucra el secretario del trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón en el sentido de que el dinero es sobrante de la campaña presidencial panista y el cambiante destino o “danza de los millones de dólares”.
Todos lo recordamos. La Procuraduría General de la República en su información oficial da a conocer una cantidad mucho menor de los dólares incautados al presunto fabricante de estupefacientes y narcotraficante, el chino nacionalizado mexicano, Zhenli Ye Gon. El embuste se clarificó cuando expertos, por la simple fotografía de los fajos de billetes, expusieron que era más del doble, las autoridades no tuvieron más remedio que fijar en 205 millones de dólares y en 177 millones de pesos lo decomisado al también supuesto empresario farmacéutico.
El escándalo siguió en ascenso cuando el abogado del inculpado, también de origen chino, Ye Ning, de quien se dice es experto en lanzar bombas mediáticas, a ciencia cierta no sabemos si tal apreciación se trata de un reconocimiento o un intento de desacreditarlo, cuando desde Nueva York dio a conocer que el dinero era sobrante de la campaña electoral presidencial del PAN y que el mismo había sido entregado para su custodia por el actual mencionado secretario de despacho, Javier Lozano Alarcón.
El alto funcionario, por cierto pidió tres días a cuenta de vacaciones para viajar a la urbe de hierro, según explicó para estudiar la posibilidad de presentar una denuncia contra los chinos que lo involucraron en el sucio asunto de los millones de dólares. Otros afirman que fue a negociar con los asiáticos para que ya no haya nuevas revelaciones; nosotros diríamos que en otras latitudes a estas alturas un funcionario con tales impugnaciones ya hubiera presentado su renuncia o cuando menos hubiera pedido permiso para alejarse del cargo y no regresar hasta que las autoridades agotaran las investigaciones. Desde luego, eso no sucede en México.
Ahora entremos en la “danza de los millones”. No sólo los medios nacionales sino los extranjeros y no se diga el Internet han dado la mayor información al respecto. Cuando menos son cuatro destinos los que ha mencionado la autoridad, pero por lo que se aprecia ninguno verdadero. De ahí que señale Mario di Costanzo, el secretario de Hacienda Pública del llamado “gobierno legítimo”, que el movimiento de esos fondos tiene el perfil de lavado de dinero.
Primero, se dijo que el dinero estaba depositado en el Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada, Banjército, para su custodia, contabilidad y certificación. Segundo, también por denuncia del abogado chino, se pudo saber que había salido del país y que se hallaba en el Banco de la Reserva Federal del Tesoro de Estados Unidos, hecho que fue confirmado el 2 de julio al diario La Jornada por el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes SAE, dependiente de la secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Tercero, dos días después, la mencionada dependencia aclaró de manera oficial que ese dinero había sido depositado en el Bank of America e incluso generó intereses por un monto "ligeramente superior a 1.6 millones de dólares". Cuarto, este viernes, en un comunicado conjunto de la Secretaría de Hacienda y el propio SAE, se afirmó que ahora "los recursos provenientes del aseguramiento a Zhenli Ye Gon se encuentran depositados en el país, en el Banco de México, a favor de la Tesorería de la Federación".
Y quinto, no obstante que en forma oficial se informó, además que “los recursos provenientes de este aseguramiento no están en riesgo y están legalmente en posesión del Gobierno mexicano”, ahora nos salen que lo que quiso decir la secretaría de Hacienda es que “la ficha de depósito” de esos recursos es la que está en poder del Banco de México.
Si esto no es “La danza de millones de dólares”, con propósitos cuando menos cuestionables, y que al parecer nadie puede aclarar, pues entonces que sigan las maniobras “distractivas”, que a estas alturas no creemos sirvan para nada, sino para enrarecer aún más el ambiente del “chinogate”.