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Poema:
Plumas vistió de amor, audaz mi suerte,
que o pira o gloria solicitan luego,
o con quebradas alas en la muerte,
o con aladas ansias en el fuego.
¡Semi-Ícaro amor: tu riesgo advierte;
que mal alado, sobre también ciego,
la mar y el fuego ofrecen a tu pluma
pira, ya de ceniza, ya de espuma!.
v.
Mas obstinado ya mi pensamiento,
tirado del imán de altos ardores,
uno repite y otro atrevimiento;
mariposa sedienta de esplendores,
morirá en su mejor arrojamiento:
que es la luz cocodrilo de fulgores,
pues derramando lágrimas de cera,
crüel lo atrae a que temprano muera.
vi.
Porfiará tu dolor inaccesible
y será su rüina su victoria:
que a las manos morir de un imposible,
aún corre más allá de la memoria;
flaca mi pluma abrigará flexible,
ardiente carro de su ilustre historia,
y en las que piras arderá de montes,
ceniza mía enfrenará Faetontes.
vii.
Tu fuego, Ignacio, concibió mi pecho,
que, semi-Gedeón de frágil muro
(párpado a sus fulgores, bien que estrecho,
pues gran carbunclo en breve niña apuro),
divulgará tu luz, aunque, deshecho,
le cueste cada rayo un golpe duro,
porque pueda afectarse cada llama
lengua al clarín sonoro de la fama.
Hernando Domínguez Camargo
(Colombiano)
Yo encontré este poema por internet no se si te sirva estoy apenas aprendiendo.
Espero que te sirva
Respuesta:
I.-
Plumas vistió de amor, audaz mi suerte,
que o pira o gloria solicitan luego,
o con quebradas alas en la muerte,
o con aladas ansias en el fuego.
¡Semi-Ícaro amor: tu riesgo advierte;
que mal alado, sobre también ciego,
la mar y el fuego ofrecen a tu pluma
pira, ya de ceniza, ya de espuma!.
II.-
Mas obstinado ya mi pensamiento,
tirado del imán de altos ardores,
uno repite y otro atrevimiento;
mariposa sedienta de esplendores,
morirá en su mejor arrojamiento:
que es la luz cocodrilo de fulgores,
pues derramando lágrimas de cera,
crüel lo atrae a que temprano muera.
III.-
Porfiará tu dolor inaccesible
y será su rüina su victoria:
que a las manos morir de un imposible,
aún corre más allá de la memoria;
flaca mi pluma abrigará flexible,
ardiente carro de su ilustre historia,
y en las que piras arderá de montes,
ceniza mía enfrenará Faetontes.
IV.-
Tu fuego, Ignacio, concibió mi pecho,
que, semi-Gedeón de frágil muro
(párpado a sus fulgores, bien que estrecho,
pues gran carbunclo en breve niña apuro),
divulgará tu luz, aunque, deshecho,
le cueste cada rayo un golpe duro,
porque pueda afectarse cada llama
lengua al clarín sonoro de la fama.
DOMÍNGUEZ CAMARGO, Hernando. S. Ignacio de Loyola
(Colombiano)
Explicación:
Espero que te ayude , acá Tenes
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