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El agua y el saneamiento son derechos humanos reconocidos por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2010. Sin embargo, a día de hoy, todavía son muchos los profesionales del sector que no conocen qué implicaciones tiene este reconocimiento en su quehacer diario. Muchas veces por falta de tiempo o porque pensamos que es un tema que afecta únicamente a la cooperación internacional o al trabajo que se lleva a cabo en países pobres, no le dedicamos tiempo a conocer qué protege el derecho internacional y a quiénes obliga para garantizar que estos servicios se presten respetando los derechos humanos.
La primera infografía incluye una línea de tiempos con los hitos más representativos de la historia de estos derechos, desde su fundamento en el concepto de derecho a una vida digna que recoge la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1949, pasando por la Declaración de Mar de Plata de 1997, que cita expresamente por primera vez el derecho humano al agua, hasta su mención en el preámbulo de la Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible de 2016.

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Esta misma imagen incluye también los principios fundamentales que aplican a todos los derechos humanos y cómo se interpretan para el agua y el saneamiento. Estos principios transversales deben estar, por tanto, en la base de cualquier proyecto y modelo de gestión de servicios de agua potable y saneamiento que busque el cumplimiento de los derechos humanos.
