san mateo capitulo 5 del 1 al 5 reflexion
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Explicación: le hice un resumen espero te sirva
una vez que vio las multitudes, subió al cerro; y luego de sentarse, sus discípulos se acercaron a Él.
"Y abriendo su boca, les enseñaba, mencionando:"
Todavía una vez que el reino está ausente, a lo largo de su estado presente la semilla, que es el término de Dios, está siendo sembrada. Nuestra responsabilidad en el planeta se apoya en plantar dicha semilla, sabiendo que una vez que Cristo venga, establecerá Su reino sobre la tierra.
Leamos el versículo 3;
Afortunados los que tienen poco dinero en espíritu, puesto que de ellos es el reino de los cielos.
Este versículo menciona a los "pobres en espíritu", empero no dice cómo alguien puede llegar a ser pobre en espíritu. Después, observaremos que a Josué se le mencionaría que, una vez que Israel hubiese cruzado el flujo de agua Jordán, debían colocarse en el cerro Gerizim para bendecir al poblado, y entonces, las maldiciones podrían ser pronunciadas a partir del cerro Ebal. Las bendiciones del Sermón del Cerro muestran un marcado contraste con las maldiciones del cerro Ebal, y exceden de forma notable a las bendiciones del cerro Gerizim, pues solo Cristo puede traer tales bendiciones.
"Afortunados los que lloran, puesto que ellos van a ser consolados."
Es interesante mirar que los mismos pensamientos expresados en las Bienaventuranzas se encuentran en otras piezas de la Biblia. Los que tienen poco dinero en espíritu son mencionados en la obra del profeta Zacarías 3.12.
"Afortunados los humildes, puesto que ellos heredarán la tierra."
En la Biblia se nos plantea que el fruto del Espíritu es amor, disfruto, tranquilidad, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio. Por esa razón mencionamos que solo el Espíritu Santo puede producir aquel carácter en el corazón de un cristiano que se ha rendido a Dios. Ese creyente que ha aprendido el secreto de crear el fruto del Espíritu Santo, puede dirigirse a las Bienaventuranzas para leer; "Afortunados los humildes, puesto que ellos heredarán la tierra", y entonces verá que la recompensa de la humildad está todavía en el futuro.
Culminamos hoy nuestro programa reconociendo que las Bienaventuranzas muestran metas que el hijo de Dios quiere conseguir en su propia vida, empero no las puede conseguir por sí mismo. El término de Dios nos rememora, constantemente, que tales metas solo tienen la posibilidad de alcanzarse, como la humildad, mediante la acción del Espíritu Santo en nosotros mismos.