¿Es correcto que los altos mandos militares permitan que una persona cercana a una ideología extrema como el nazismo les imparta lecciones militares? Justifica.
Respuestas
Respuesta: CORONA PORFA
El Instituto Interamericano de Derechos Humanos y la Armada Argentina desean dejar constancia de su agradecimiento a todos los que hicieron posible la realización de esta publicación. La participación activa de quienes asumieron la tarea de coordinar y editar los trabajos que la conforman constituye, sin duda, un aporte inestimable. A ellos, gracias. Asimismo, las ideas y experiencias volcadas en esta obra dan cuenta de la generosidad intelectual de las distinguidas personalidades que brindaron su colaboración para materializar
esta propuesta. Por ello, ambas Instituciones manifiestan su sincera gratitud al General de
División Carlos H. Aldana Villanueva, a Monseñor Pedro Candia, al Doctor Santiago A. Cantón, al Doctor Alejandro Consigli, al General de División Agustín Corrales Elizondo, al Doctor Miguel A. De Marco, al Doctor Carlos Floria, a la Doctora Susana M. González, a la Doctora Marina Gori, al Ingeniero Pablo S. Grinstein, al Doctor Claudio Grossman, al Capitán de Navío, CG, Andrés Gubitosi, al Coronel, GS, Werner Heidemann, al Doctor Guillermo Jaim Etcheverry, al Licenciado Santiago Kovadloff, a la Premio Nobel Alternativo de la Paz Helen Mack Chang, al Doctor Rodolfo Mattarollo, a la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum, al señor Carlos Mendieta Andino, al Doctor Juan Navarrete Monasterio, al Doctor Pedro Nikken, al Reverendo Padre Guillermo Oviedo Gambetta, al Capitán de Navío Guillermo A. Oyarzábal, al Doctor Stephan Parmentier, al Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, a la Doctora Mónica Pinto, al Coronel Noel N. Portocarrero Argüello, al Doctor Horacio Ravenna, a la Doctora Ana María Rodino, al General de División José L. Rodríguez-Villasante y Prieto, al Doctor Daniel M. Rudi, al Doctor Eduardo A. Salerno, al Doctor Guillermo C. Schinelli, al General de División Benito J. Égido Trillo-Figueroa, a la Traductora Pública Alicia L. Vicente, al Doctor Eugenio R. Zaffaroni y al Coronel Gonzalo Zarranz Domenech. A todos ellos, gracias por su valiosa contribución.
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