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David y Emma se miraron desde el otro lado de la mesa. La joven pareja estaba feliz: la comida estaba deliciosa, la luz de las velas era suave y la música era perfecta.


David miró la hermosa sonrisa de Emma. Todo el dolor de su última ruptura desapareció. Todas sus dudas y temores sobre el amor se habían ido. Su mano se estiró y tocó la de ella.


'Quiero preguntarte algo.' David buscó sus ojos. ¿Podría adivinar lo que vendría?


Su sonrisa lo hizo sentirse valiente. Ella tomó su mano. 'No te preocupes. Sea lo que sea, probablemente diré que sí.


Se sintió tan emocionado. Estaba a punto de hacer la pregunta más importante de su vida.


Desde la esquina del restaurante, un hombre extraño los observaba. Se sentó muy quieto en su mesa. Sostenía un menú pero no lo estaba leyendo. En cambio, sus ojos fríos miraron solo a la joven pareja.


De vuelta a la mesa, David se sintió repentinamente nervioso.


'Disculpe', le dijo a Emma. Empujó su silla hacia atrás y fue al baño. Mientras se miraba en el espejo, se decía a sí mismo: '¡Vamos, David, vamos! ¡Puedes hacer esto, amigo! ¡Está loca por ti!


Sintiéndose listo, salió del baño. Casi chocó con el hombre extremadamente alto que estaba esperando junto a la puerta. Los ojos del hombre eran de un azul frío y brillante. Su rostro estaba pálido con una nariz afilada y puntiaguda y labios delgados y pálidos.


'¡Oh, lo siento!' dijo David.


'¿Cuál?' siseó el hombre. Hablaba con un acento fuerte y extraño. David nunca había escuchado ese acento antes.


Por un momento, David se sintió confundido. Entonces se dio cuenta de lo que quería decir el otro hombre.


'¡Oh… este!' dijo David, amablemente. ¡Este es el baño de hombres!


David volvió al restaurante. Cogió el anillo en una caja en su bolsillo. ¡Era hora de preguntarle!


...


El viaje en taxi a casa fue maravilloso. La feliz pareja discutió su vida futura juntos. Compartieron sus dulces sentimientos el uno por el otro.


—¡La noche que te pedí que te casaras conmigo! dijo David.


¡La noche que dije que sí! respondió Emma.


¡Piensa, toda nuestra vida juntos!


"Compartir, cuidar ...", comenzó.


'... amando, dando!' Emma terminó su oración.


Se sonrieron el uno al otro con amorosa emoción.


'¡Eres tan maravilloso!' dijo David.


¡Y eres absolutamente hermosa! dijo Emma. ¡Nunca he conocido a nadie tan encantador y amable! ¡Estoy tan feliz de poder cantar! '


Entraron en su bloque de pisos, tomados de la mano. Un hombre alto los miraba desde las sombras.


'¿Cuál?' se preguntó a sí mismo.


Observó el edificio. Estaba esperando que se encendiera una luz para mostrarle cuál era el piso de ellos. Pasó un minuto ... dos ... ¡ahí estaba! La luz se encendió en una ventana del tercer piso. Vio a Emma por un momento mientras cerraba las cortinas.


¿Cuántas veces se había parado en una esquina como esta? ¿Cuántas víctimas había observado? ¡Muchos rincones! ¡Muchas víctimas! Sus labios pálidos formaron una fina sonrisa. Salió de las sombras hacia la puerta y apretó los botones de cada apartamento. El vampiro siempre se alegraba de que la gente viviera en pisos. Tarde o temprano alguien siempre te dejaba entrar. ¡Humanos tontos! Pensaron que eras el repartidor de pizza de alguien. Era una especie de invitación, y eso era todo lo que necesitaba para entrar a una casa.


Subió las escaleras hasta el tercer piso y caminó por el pasillo. No hizo ningún sonido. Podía escuchar a la joven pareja riendo y hablando. Apoyó la oreja contra la puerta. Podía escuchar lo que decían y estaba feliz. El amor joven hizo la sangre más dulce. Estaba tan lleno de vida y energía.


"Me siento como si estuviera en una película", decía.


"Más como un sueño", respondió.


Sí, un sueño. ¡Qué suerte tenemos!


¿Adivina con quién estaré soñando esta noche? él dijo.


'¿OMS? ¿OMS?'


¡Su pelo huele a rosas! ¡Es como un ángel!


Su sueño estaba a punto de convertirse en una pesadilla, pensó el vampiro que escuchaba. De repente, abrió la puerta y se quedó allí, mostrando sus afilados dientes. La pareja gritó y luego se abrazaron en un silencio aterrorizado. El vampiro podía oler y saborear su miedo. Así le gustaba a él. El miedo también dulcificaba la sangre.


¡Ahí está mi billetera! ¡Sobre la mesa, ahí! ¡Tómalo!' dijo David. ¡Toma lo que quieras!


¡Tomaré todo lo que quiera! respondió el vampiro.


'¡Multa! ¡Multa! ¡No te detendremos, te lo prometo! David lloró.


No me detendrás. ¡Prometo!' respondió el vampiro.


La luz brilló sobre los dientes afilados. Un pensamiento terrible les vino a David y Emma al mismo tiempo.

Answer 1

Respuesta:

ya lo leí poneme corona yccyvyuvuv