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Respuesta:
La fermentación y la germinación facilitan su digestión y aportan beneficios que no podemos obtener por métodos de cocción. Restauran y conservan la flora intestinal. Impiden el crecimiento de microorganismos patógenos y sus toxinas. Ayudan a la conservación de los alimentos, permitiendo que se conserven más tiempo.
La fermentación que se lleva a cabo en los alimentos tiene cinco objetivos generales:
Enriquecer la dieta mediante el desarrollo de sabores, aromas y diferentes texturas en los alimentos.
Conservación de cantidades de alimentos mediante el ácido láctico, el etanol, el ácido acético y un tipo de fermentaciones denominadas alcalinas.
Enriquecer los alimentos con proteínas, aminoácidos, ácidos grasos (del tipo esenciales) y además vitaminas.
Retirar toxinas de compuestos tóxicos durante el proceso.
Disminuir el tiempo que se tarda en cocinar los alimentos y además disminuir también las cantidades de combustible que se necesitan para cocinarlo