2. Fabulas mayas en español, es para hoy por favor

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Respuesta dada por: marianabuitrago2609
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MI RESPUESTAA:

EL PERRO FIEL: Un hombre era tan pobre que siempre estaba de mal humor, y no perdía la ocasión de maltratar a un infeliz perro que tenía. Kakasbal (espíritu del mal), quien está en todo, vio que podía sacar partido de la inquina que, seguramente, el perro sentía contra su amo, y se le apareció para decirle:

—Ven acá y dime qué te pasa, pues te veo triste.

— ¿Cómo no he de estarlo? Mi amo me pega cada vez que quiere—respondió el perro.

—Yo sé que es de malos sentimientos. ¿Por qué no lo abandonas?

—Es mi amo y debo serle fiel.

—Yo podría ayudarte a escapar.

—Por nada le dejaré.

—Nunca agradecerá tu fidelidad.

—No importa, le seré fiel.

Pero tanto insistió Kakasbal que el perro, por quitárselo de encima, manifestó:

—Creo que me has convencido; dime, ¿qué debo hacer?

—Entrégame tu alma.

— ¿Y qué me darás a cambio?

—Lo que quieras.

—Dame un hueso por cada pelo de mi cuerpo.

—Acepto.

—Cuenta, pues…

Kakasbal, entonces, se puso a contar los pelos del perro. Y cuando sus dedos llegaron a la cola, el perro se acordó de la fidelidad que le debía a su amo, pegó un salto y la cuenta se perdió.

— ¿Por qué te mueves?— le preguntó Kakasbal.

—No puedo con las pulgas que me comen día y noche. Vuelve a empezar.

Cien veces Kakasbal empezó la cuenta, y cien veces tuvo que interrumpirla porque el perro saltaba. Al fin, Kakasbal decidió:

—No cuento más. Me has engañado; pero me has dado una lección. Ahora sé que es más fácil comprar el alma de un hombre que el alma de un perro.

EL INDIECITO MAYA: Itzae era un indiecito Maya que se dedicaba a la pesca en la población de Tabasco. Una vez que conseguía muchos pescados, se iba al pueblo a ofrecerlos. Así que cada mañana se despertaba muy temprano y salía a pescar.

Durante la tarde se iba al pueblo a ofrecer casa por casa su mercancía fresca. Pero un día la suerte no lo acompañó y a pesar de caminar mucho y tocar muchas puertas, no consiguió vender ni un solo pescado.

La preocupación de llegar a casa sin dinero lo agobiaba.

Se dispuso a seguir intentándolo, y a lo lejos vio un citadino muy bien vestido que caminaba tranquilamente por la ciudad. Sin pensarlo dos veces se acercó a él, ofreciendo su mercancía.

-Perdone patroncito ¿No quiere llevar pescado fresco? Está muy bueno, le va a gustar.

– No gracias- dijo el citadino casi sin mirarlo. Pero Itzae ya estaba desesperado, así que no se dio por vencido.

– Por favor patrón ayúdeme, no he vendido nada y tengo que llevar dinero a mi familia. Hágale, hoy usted me ayuda a mí y mañana yo lo puedo ayudar a usted.

El citadino se rió de la ocurrencia de Itzae, pensando en qué lo podía ayudar aquel indicito que nada tenía. Pero le conmovió su insistencia y le compró todos los pescados. Dos días después Itzae caminaba por las calles y escucho en un callejón un forcejeo. Al mirar se dio cuenta que dos pillos trataban de asaltar al citadino y sin pensarlo, corrió hacia ellos gritando y logró espantarlos.

El citadino se quedó sorprendido de lo rápido que el indicito pudo devolverle el favor. Y sintió pena de haber pensado que este no podría jamás hacer algo por él.

ESPERO HABERTE AYUDADO :) ♡

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