Escribe el problema familiar que vivió la familia de Elimelec y como lo enfrentó
En los tiempos en que gobernaban los Jueces en
Israel, hubo una gran hambruna en el país. Debido a
eso, un hombre de Belén de Judá se trasladó a los
campos de Moab con su mujer y sus dos hijos.
El hombre se llamaba Elimelec; su esposa Noemí, y
sus hijos, Majalón y Guilyón.
Al poco tiempo falleció Elimelec, y Noemí quedó sola
con sus dos hijos.
Ambos tomaron por esposas a mujeres moabitas: una
se llamaba Orfa y la otra Rut.
Al cabo de diez años murieron también los dos hombres y Noemí quedó desamparada, sin esposo y sin
hijos.
Entonces decidió salir de Moab en compañía de sus nueras, pues había oído decir que Yavé se había acordado de su pueblo y les había dado qué comer.
Cuando estaban en camino de regreso a Judá, Noemí dijo a sus nueras: «Creo que es mejor que ustedes se
vayan a sus casas.
Que el Señor les recompense todo lo bueno que han hecho con mis hijos y conmigo y les permita que
encuentren cada una un esposo con quien puedan vivir en paz.»
Y en seguida les dio un abrazo. Pero ellas, llorando, le respondieron: «No nos iremos, sino que seguiremos
contigo.»
Vuelvan a sus casas, insistió Noemí, pues ¿qué sacan con venir conmigo? Ya no puedo tener hijos para que sean sus maridos.
Les repito, regresen a sus hogares, pues yo soy ya vieja para
casarme de nuevo. Y aunque tuviera la remota esperanza de
casarme esta misma noche y de tener hijos,
¿serían ustedes capaces de esperar a que se hicieran
mayores? ¿Dejarían por eso de casarse? No, hijitas, bastante me
ha castigado ya Dios como para añadir esta preocupación por
ustedes.
14.Ellas seguían llorando, hasta que al fin Orfa, dándole un beso,
se fue a su casa. Rut, en cambio, se quedó con ella.
Noemí le dijo entonces: ¿Por qué no te vas también tú con tu
cuñada, y así regresas a tu casa y a tus dioses?
Rut le replicó: No me obligues a dejarte yéndome lejos de ti, pues a donde tú vayas, iré yo; y donde tú
vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios.
Donde tú mueras, allí también quiero morir y ser enterrada yo. Que el Señor me castigue como es debido si
no es la muerte la que nos separe.
Viendo Noemí que Rut se mantenía firme en su decisión, no quiso insistirle más.
Y continuando el camino llegaron las dos a Belén. Toda la gente se impresionó al verlas llegar. Y como Noemí se diera cuenta de que las mujeres comentaban: ¿Pero no es esta Noemí?,
les dijo: No me llamen por mi nombre, sino díganme Amarga, porque el Todopoderoso me ha llenado de
amargura. Partí con todo, y el Señor me hace volver con las manos vacías. ¿Para qué, pues, me llaman Noemí,
cuando Yavé me ha condenado a ser una desgraciada?
Así fue como Noemí, acompañada de Rut, su nuera moabita, regresó de Moab. Y justo cuando llegaron a
Belén estaba comenzando la cosecha de la cebada."
Respuestas
Respuesta dada por:
1
Respuesta:
- hola en qué amix te ayudo si me dices
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