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Respuesta:
La situación de violencia que sufre la mujer sufre se mantiene porque la víctima se vuelve cada vez más vulnerable, y va perdiendo progresivamente su capacidad de autodefensa.
La relación abusiva comienza de una forma sutil y silenciosa que puede durar desde el primer año hasta muchos años de convivencia. Este mecanismo suele ser invisible a los ojos de la mujer.
Al principio, se da un exceso de control por parte del hombre, que se suele confundir con celos, preocupación excesiva por su parte entendida por la mujer como muestra de su gran amor por ella. Este control se manifiesta en control sobre su forma de vestir, su trabajo, control de sus gastos, control de salidas y de los amigos con los que va, intentos de separación de su familia, normalmente con frases como “ellos no te quieren igual que yo”, “qué mal te tratan y tú sigues ahí…”, humillación o menosprecio de las cualidades o características de la mujer, intentando dejarla en ridículo… A veces, delante de los demás, y en la mayoría de los casos, en la intimidad del hogar.
Así, el agresor va consiguiendo que su pareja vaya perdiendo poco a poco su autoestima, su autonomía e incluso su capacidad de defensa ante esta situación.
El comportamiento agresivo va aumentando en frecuencia e intensidad, hasta que la mujer decide pedir ayuda, suele ser aquí donde se visibiliza el maltrato: el círculo social de la pareja se entera de la situación por la que están pasando. Muchas de ellas lo han ocultado ante familiares, amigos y conocidos, y cuando todo sale, se encuentran con que no son creídas, puesto que la mayoría de maltratadores suelen comportarse fuera de casa de forma admirable, como maridos perfectos.
Suelen encontrarse desconcierto ante los ojos de los demás, sus familiares y amigos usualmente no dan crédito normalmente pueden poner en tela de juicio a la víctima con frases como: “Pero si es maravilloso y se nota que te quiere con locura, ¿cómo te separas?”. Esto provoca que la mujer se encuentre sumida en un mar de dudas, y muchas veces, en esta etapa de desconcierto e inseguridad profunda, se planteará si no darle otra oportunidad al maltratador e intentar llevar una vida normal sin maltrato, con lo que el círculo vicioso vuelve a repetirse y del cada vez, será más difícil salir.
El ciclo de la violencia es repetitivo, lo que explica en muchas ocasiones los casos del maltrato crónico.
Existen tres fases: acumulación de tensión, explosión y reconciliación o “luna de miel”.
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