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El acelerado incremento de la población, en especial centrado en los países pobres, se genera en las precarias condiciones de vida, que sólo pueden ser resueltas mediante la firme voluntad de aplicar políticas equitativas de asistencia y desarrollo.
Según los informes elaborados por las Naciones Unidas, la población mundial alcanzó en 2002 la cantidad de 6.100 millones de habitantes y continuó aumentando a un ritmo del 1,2%, equivalente a 77 millones de personas cada año. Hoy en 2020 somos mas 7500 millones de habitantes.
El crecimiento poblacional no es parejo en todas las regiones del mundo.
En efecto, sólo seis países -India, China, Pakistán, Nigeria, Bangladesh e Indonesia- laaportan mitad del crecimiento anual.
En cambio, en el mundo desarrollado, el número de niños que nacen no es suficiente para mantener la población en el nivel actual.
Las proyecciones de la ONU para 2050 calculan que, en no menos de 39 países, el número de nacimientos habrá descendido, y en algunos casos de manera preocupante: en Japón y Alemania, un 14%; en Italia y Hungría, un 25%; en la Federación Rusa, Georgia y Ucrania, entre un 28 y un 40%. Como resultado, la proporción de la población mundial que vive en el Tercer Mundo (países subdesarrollados) aumentará de los 4.900 millones en 2000 a 8.200 millones en 2050, según la proyección media de población para la primera mitad del siglo XXI.
La caída en el número de nacimientos llevará a un envejecimiento de la población mundial.
Según la ONU, durante los próximos cincuenta años, el número de personas de 60 años o mayores será más del triple, aumentando de los 606 millones actuales a casi 2.000 millones en 2050.
El aumento de los mayores de 80 años será más acentuado, pasando de 69 millones en 2000 a 379 millones en 2050.
El envejecimiento poblacional se hará sentir especialmente en los países más ricos.
Según las proyecciones de la ONU, los años venideros también estarán caracterizados por altos niveles de migración internacional, generada por el creciente empobrecimiento de los países sub-desarrollados y por la eventual proliferación de los conflictos bélicos en dichas áreas del mundo.
Las últimas estimaciones de la ONU indican que aproximadamente el 20% de la humanidad vive en condiciones de pobreza absoluta, o sea, sin satisfacer las necesidades básicas de salud, alimentos, vivienda, educación, trabajo y servicios.
Este sector es precisamente el que crece más rápido.
En 1950, en los países industrializados, vivía el 34% de la población mundial; en 1975, esa cifra era del 28% y, en 2000, los países ricos reunían aproximadamente el 21% de la población mundial, mientras que en los más pobres residía el 79%.
Se ha calculado que más de 25 millones de kilómetros cuadrados de la superficie terrestre están, cubiertos por los hielos y las nieves permanentes, o forman parte de las áreas inhabitables de clima seco; otros 60 millones de kilómetros cuadrados resultan poco propicios a la ocupación humana por ser demasiado montañosos, o demasiado húmedos o por otras causas, lo que hace que la mayor parte de la población mundial se concentre en un área de unos 50 millones de kilómetros cuadrados, o sea el 55 % aproximadamente de las tierras, que son las que poseen suelos fértiles y climas soportables.
Las regiones más pobladas corresponden a las áreas de clima monzónico de Asia y a las latitudes medias de Europa y América.
Aun dentro de estas regiones, la población se concentra en las llanuras de suelos fértiles, en las costas accesibles a la navegación y en las áreas donde abundan los minerales.
Aproximadamente tres cuartas partes de la humanidad vive en Europa y Asia, pero la mayor parte de esta población se concentra en la sección occidental de Europa y en el sudeste de Asia.
En la América del Norte la zona más poblada corresponde al área industrial del nordeste de Estados Unidos, y en la América del Sur a las mesetas andinas y las áreas costeras del Atlántico.
Algunas islas como Java, Gran Bretaña, Honshu, Puerto Rico y La Española, están más densamente pobladas que las regiones continentales próximas.
CARACTERÍSTICAS PREDOMINANTES DE LOS GRUPOS HUMANOS.
Todos los hombres, según las más recientes afirmaciones de la ciencia, tienen un origen común, tal como la Biblia había advertido.
La clasificación zoológica incluye a toda la humanidad en una especie única, Homo sapiens, pero si observamos un gran número de personas, descubriremos que, a pesar de este origen común, hay entre ellas numerosas diferencias físicas, algunas de las cuales se transmiten de padres a hijos.
Las diferencias físicas hereditarias, tales como el color de la piel, la talla, la forma y dimensiones del cráneo y el aspecto del pelo, dan lugar al concepto de raza.
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