• Asignatura: Biología
  • Autor: samuel134565
  • hace 2 años

“SOY El RIÑÓN DE JUAN”
Mis funciones serán vulgares y poco estimadas pero yo soy el gran químico de todo el cuerpo humano.
Como los demás órganos de Juan, tengo muy pocos encantos: soy de color castaño rojizo, de forma de habichuela y tamaño como su
puño aproximadamente. Yo soy el riñón derecho de Juan: mi compañero está situado al otro lado de la región inferior de su columna
vertebral.
Juan tiene un concepto muy deprimente de mí. Cree que soy tan sólo el productor de un líquido muy vulgar: la orina; y me juzga como
unidad secundaria para la eliminación de desechos. ¡Imagínese ustedes!
En realidad, soy el químico maestro del organismo de Juan. Y el principal sistema que tiene Juan para deshacerse de sus desperdicios
no es el tubo intestinal: soy yo. A través de mí está pasando constantemente la sangre, que yo limpio y filtro, librándola de residuos
mortales en potencia. Obro como acicate para ayudar en la producción de glóbulos rojos; vigilo el potasio, el cloruro sódico y otros
compuestos disueltos en su sangre.
Si cualquiera de ellos aumentara o disminuyera una pizca con respecto a lo normal, podría provocarle la muerte. Regulo el equilibrio
del agua, vital, porque las células de Juan se ahogarían si hubiera mucha en su organismo, y él se “secaría” si le quedara poco agua.
Procuro que su sangre no esté demasiado ácida ni demasiado alcalina. En realidad, hago tantas cosas a favor de Juan, que los médicos
no han determinado todavía el catálogo de mis actividades. Vean ustedes mi anatomía. Aunque sólo peso 150 gramos, estoy formado
por más de un millón de unidades filtrantes pequeñísimas, llamadas nefronas. Con un microscopio potente se ven como si fueran
gusanos con una cabeza abultada y una cola retorcida que se llama túbulo.
Entre mi compañero y yo filtramos cada hora el doble del volumen de sangre que circula por el cuerpo de Juan. Y diría yo, además,
que en una labor del filtrado sumamente compleja. No dejo que pasen por mis finos filtros glóbulos rojos, ni otras partículas grandesde proteínas sanguíneas que son esenciales, pues si así lo hiciera se perderían en la orina, con resultados tan rápidos como calamitosos
para Juan. En mis túmulos se reabsorbe el 99% del fluido. Las imprescindibles vitaminas, los aminoácidos, la glucosa, las hormonas,
etc., vuelven también al torrente circulatorio aunque descartando el exceso de cualquiera de ellos Así, por ejemplo, si Juan ha comido dos buenas raciones de flan, en su orina podrá aparecer tal cantidad de azúcar que se confundiría
el médico y le diagnosticaría una diabetes. Si come pescado ahumado o cualquier otro plato con abundante sal, y yo no sé la extraigo
de la sangre, se pondrá en verdadero peligro. La sal retiene el agua. Cuando se deja que la sangre esté demasiado salada, el exceso de
líquido se empieza a acumular en ella y en los espacios intercelulares. La cara, los pies y el abdomen de Juan se empiezan a hinchar, y
al cabo de un tiempo su corazón, a fuerza de aspirar e impeler cada vez más litros del fluido retenido, acabaría fallando y parándose.
El potasio (procedente sobre todo de la carne y los zumos de frutas) requiere, también, en la misma medida mi atención vigilante. Si
escaseara, los músculos empezarían a flaquear, en especial los músculos respiratorios. Una pizca de más, obra como freno sobre el
corazón y puede incluso detenerlo completamente. Yo, si más, elimino el exceso. En cambio, si Juan no ingiere bastante potasio en
sus comidas, atesoro como un avaro el que le pueda quedar en el cuerpo.
El residuo más abundante en que debo ocuparme es la urea, producto final de la digestión de las proteínas. Como todos los demás,
este compuesto debe guardar un equilibrio preciso. La poca urea es señal de trastornos de mi vecino de arriba: el hígado. Cuando hay
mucha se debe pensar en una de las enfermedades que menos gustan a los médicos: la uremia. Este nombre quiere decir presencia
de urea en la sangre y, si no se domina, es un mal que puede llevar al choque, el coma y la muerte. Cuando la urea se acumula en la
sangre, el organismo hará esfuerzo heroico para librarse de esta asesina. Hay veces en que aparece sobre la piel del enfermo una
como “escarcha” de urea, formada por cristalitos blanquecinos de esta sustancia que expelen la glándulas sudoríparas, con el fin de
ayudar al organismo a desintoxicarse. Pero Juan tampoco tiene que preocuparse por eso. Puede comer todos los filetes que quiera,
pues yo me ocupo de eliminar el exceso de urea que le puede resultar por su afición a la carne si sus riñones funcionan bien.
A. ¿De qué se habla en el texto?
B. ¿Enumera las sustancias que son filtradas por los riñones?
C. ¿Qué sustancias de la dieta proporcionan potasio al organismo?
C. ¿Qué enfermedades se pueden detectar a través de la presencia de elementos anormales en la orina?
D. ¿Por qué se afirma que los riñones contribuyen a la homeóstasis del organismo?
E. ¿Qué se puede concluir si se detecta que en el organismo hay unos niveles de urea más

Respuestas

Respuesta dada por: marydeemosqueda80
4

En el texto se narra de una manera particular del funcionamiento renal y su importancia en el organismo. Se describe de manera detallada la manera en que desempeña cada una de las funciones en que interviene.

Daremos repuesta a cada pregunta, basándonos en la descripción del Funcionamiento Renal

Importancia del Funcionamiento Renal

A. En el texto se habla del funcionamiento renal y su importancia.

B. Las sustancias que son filtradas por los riñones, las cuales provienen de la sangre, unas son reabsorbidas y otras son eliminadas, bien sea porque son producto de desecho o estén en niveles elevados.

Las principales son:

  • Sodio
  • Potasio
  • Urea
  • Glucosa (azúcar)
  • Proteínas (reabsorbida)
  • Agua
  • Hormonas

C. Con el estudio de la orina, de acuerdo a lo que se elimina en ella, pueden detectarse algunas patologías, como la diabetes, el mismo mal funcionamiento renal, hepáticas, desequilibrios ácido-base, entre otras.

D. Los riñones contribuyen a la homeostasis debido a que intervienen en el mantenimiento de niveles en sangre de sustancia que cuando se elevan deben ser eliminadas, no permite el exceso ni la disminución de la hidratación.

E. Cuando hay niveles de urea elevada en sangre, se determina lo que se llama uremia, que puede tener consecuencia, que puede llevar al choque, el coma y la muerte, porque sus altos niveles representaría una intoxicación.  

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