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Espero que te sirva
El empleado, por representar a la empresa, pierde parte de su identidad.
El emprendedor no tiene nada garantizado, suele ser más cuidadoso con su tiempo.
El emprendedor necesita sentirse más seguro de sí mismo, porque no va a tener un jefe ni una aerolínea que le dé una palmada en la espalda.
El empleado tiene uno o dos jefes. El emprendedor, depende del punto de vista: puede tener uno, pero es el peor de todos (sí mismo) o docenas. O miles. O millones.
El emprendedor decide totalmente cómo “alocar” sus dos factores más importantes: su tiempo y su dinero (que en definitiva es tiempo del pasado). El empleado tiene restricciones, un menú y políticas. Ambos usan la palabra “alocar”, anglicismo empresarial que significa “distribuir recursos con un propósito”.
Las empresas, al tener diferentes decisores para diferentes temas, casi siempre cambian más lento que los emprendedores. Y esto suele ser su propia sentencia de muerte.
La actitud emprendedora te lleva a relacionar todo lo que pasa con tu emprendimiento, porque querés ganar siempre.
El emprendedor es consciente de que elige en qué lugar trabajar. El empleado también lo elige, pero no lo sabe.
El emprendedor debería ser consciente de que elige qué hacer en cada momento. El empleado, también.