• Asignatura: Derecho
  • Autor: francomikalore
  • hace 1 año

¿por qué no podían salir de su escondite?
(Ana Frank) ME AYUDAN PORFA ​

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Respuesta dada por: castellanos6707
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Respuesta:

Frank y los demás escondidos en la Casa de atrás no fueron los únicos judíos en la clandestinidad en los Países Bajos. Pero ¿cuán similar era su situación con la de otras personas escondidas? ¿En qué lugares estaban? ¿Quién los ayudaba? ¿Y a qué peligros se enfrentaban?

Jaap Cohen«Esconderse»: al oír este término, hoy por hoy mucha gente no piensa más que en una persona: Ana Frank, la adolescente despierta y ligeramente descarada que durante la guerra estuvo más de dos largos años escondida en una típica «casa de atrás» amsterdamesa a orillas del canal Prinsengracht y que, de manera póstuma, dio una cara y una voz a los judíos escondidos.¿Hasta qué punto la situación de Ana Frank ―una permanencia bien preparada de ocho personas en un escondite distribuido en dos plantas en el centro de una gran ciudad, durante un período extenso, en un solo lugar, con cinco protectores devotos y, seguramente al comienzo, suficiente financiación― fue una estancia «normal» en un refugio?Para averiguarlo, situaremos la historia de la Casa de atrás en la perspectiva más amplia de las permanencias de judíos en escondites en Holanda, lo que nos permitirá apreciar un poco mejor cómo fue «vivir una no existencia» como judío escondido en Holanda.

Cifras de personas escondidas en Países Bajos.Durante la guerra se escondieron en Holanda entre 300.000 y 330.000 personas, entre ellas 28.000 judíos. Sobre el número total de escondidos tal vez no parezca tanto, pero sobre una comunidad judía de 140.000 personas se trata de una proporción sustancial.

¿Cooperar o esconderse?La citación enviada el 5 de julio de 1942 a los primeros mil judíos para presentarse a la «ampliación de trabajo en Alemania» marcó el comienzo de la tercera fase de la persecución de los judíos en Holanda. Tras la identificación y el aislamiento, el invasor pasaba ahora a la deportación.En muchos hogares judíos la citación dio lugar a acaloradas discusiones sobre si esconderse o no. Con los conocimientos de ahora tal vez resulte incomprensible, pero por entonces la elección no era tan evidente. Para muchos, pasar a la clandestinidad era algo absolutamente antinatural, también porque el Consejo Judío estaba en contra: como no todos podían esconderse, nadie debería hacerlo.Además, para muchos resultaba impensable separarse de sus seres queridos. Asimismo, pasar a depender de manera extrema de unas personas por lo general desconocidas suponía un obstáculo, al igual que otros inconvenientes de orden más bien práctico; por ejemplo, al esconderse en casa de una familia cristiana era imposible seguir respetando todos los preceptos religiosos judíos.Por último, muy seguramente en la primera fase de las deportaciones, se desconocía que, al llegar a un «campo de trabajo», una gran parte de los deportados era enviados directamente a las cámaras de gas. «Se tendía a subestimar el peligro de la deportación y a sobrestimar el de esconderse», según Abel Herzberg, uno de los primeros historiadores de guerra holandeses.

Explicación:

Espero que te sirva


francomikalore: gracias
castellanos6707: Hola. De nada
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