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Respuesta:
Para acceder a las últimas actualizaciones sobre las respuestas de los gobiernos para hacer frente al impacto de la pandemia de COVID-19, por favor consulte la Plataforma de seguimiento de políticas del FMI: Respuestas políticas al COVID-19.
Tras algunos años de crecimiento negativo, debido a una huida masiva de capitales, el colapso del rublo, la caída de los precios del petróleo y las sanciones comerciales de Occidente debido a la crisis de Ucrania, la economía rusa volvió a un crecimiento modesto a partir de 2017, estimulada sobre todo por la extracción de recursos minerales y el consumo privado. Sin embargo, debido a la pandemia de COVID-19, la economía se contrajo en -4,1% del PIB en 2020 (desde +1,3% en 2019), ya que se desplomaron las exportaciones, la actividad de inversión y la demanda de consumo. Según las previsiones del FMI en octubre de 2020, la economía debiera repuntar en 2021 (+2,8%) y 2022 (+2,3%), apoyada por estímulos fiscales y monetarios, siempre que la situación se normalice gradualmente. En la actualización más reciente de las Perspectivas de la Economía Mundial (enero 2021), el FMI revisó sus proyecciones de crecimiento de Rusia, indicando 3% para 2021 y 3,9% par a2022 (lo que representa una diferencia de +0,2% y +16% respectivamente con respecto a las proyecciones de la OMC de octubre de 2020).
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La economía de Rusia es una economía mixta de mercado de ingresos medio altos, cuyas características actuales provienen en gran medida de las grandes reformas de la década de 1990, cuando se privatizó la mayor parte de la industria y la agricultura rusas, aunque el Estado mantiene la propiedad en áreas estratégicas de la economía, especialmente en sectores relacionados con defensa y energía.