Actividad 3. Hablemos del proceso de paz en El Salvador. A. Lee el texto "El proceso de negociación de la paz: entre la prolongación del conflicto y el pragmatismo político (1984-1992)". B. Luego, con base en las lecturas de esta guía, identifica las características del conflicto armado salvadoreño y del proceso de los acuerdos de paz. C. Al final de esta sección encontrarás un cuadro con imágenes para que las relaciones con las características que identifiques. D. Puedes hacer la actividad utilizando como base el siguiente cuadro: Características del conflicto armado salvadoreño y del proceso de la firma de los acuerdos de paz Características del conflicto armado Características del proceso de paz Imágenes relacionadas con las características.
Respuestas
Respuesta:
C. Cierre
Actividad 3. Hablemos del proceso de paz en El Salvador.
a. Lee el texto “El proceso de negociación de la paz: entre la prolongación del conflicto y el
pragmatismo político (1984-1992)”.
b. Luego, con base en las lecturas de esta guía, identifica las características del conflicto armado
salvadoreño y del proceso de los acuerdos de paz.
c. Al final de esta sección encontrarás un cuadro con imágenes para que las relaciones con las
características que identifiques.
d. Puedes hacer la actividad utilizando como base el siguiente cuadro:
Características del conflicto armado salvadoreño y del proceso de la firma de los acuerdos de paz
Características del
conflicto armado Características del proceso de paz Imágenes relacionadas con
Explicación:
En nuestra sociedad humanística, la gente persigue muchos propósitos, pensando que en ellos van a encontrar significado. Algunas de estas búsquedas incluyen: éxito en los negocios, riquezas, buenas relaciones, sexo, entretenimiento, hacer el bien a otros, etc. La gente ha testificado que mientras alcanzan sus metas de riquezas, relaciones y placer, todavía hay un profundo vacío interior, un sentimiento de un vacío que al parecer nada lo llena.
El autor del libro bíblico de Eclesiastés expone este sentimiento cuando dice, "¡Vanidad de vanidades! ¡Vanidad de vanidades! ¡Todo es vanidad!" (Eclesiastés 1:2). El rey Salomón, el escritor de Eclesiastés tenía riquezas incalculables, sabiduría más que cualquier hombre de su época o de la nuestra, cientos de mujeres, palacios y jardines que eran la envidia de los reinos, la mejor comida y el mejor vino, y todo tipo de entretenimiento disponible. Hasta cierto punto, dijo que cualquier cosa que deseaba su corazón, él la buscaba. Y aún así, concluyó, "la vida debajo del sol" (La vida es vivida como si todo lo que hay en la vida es todo lo que podemos ver con nuestros ojos y experimentar con nuestros sentidos) – es vacía. ¿Por qué hay tal vacío? Porque Dios nos creó para algo más allá de lo que podemos experimentar en el aquí-y-ahora. Salomón dijo de Dios, "Él también ha puesto la eternidad en los corazones de los hombres…". Estamos conscientes de que, en nuestros corazones, este "aquí-y-ahora" no es todo lo que hay.
En Génesis, el primer libro de la Biblia, encontramos que Dios creó a la humanidad a Su imagen (Génesis 1:26). Esto significa que somos más como Dios que como cualquier otro (que cualquier otra forma de vida). También encontramos que antes de que la humanidad cayera en pecado y la maldición cayera sobre la tierra, las siguientes cosas fueron verdad: (1) Dios hizo al hombre una criatura social (Génesis 2:18-25); (2) Dios dio al hombre trabajo (Génesis 2:15); (3) Dios tuvo compañerismo con el hombre (Génesis 3:8): y (4) Dios dio al hombre dominio sobre la tierra (Génesis 1:26). ¿Cuál es la importancia de esto? Dios tenía la intención de que cada uno de ellos contribuyera a nuestro cumplimiento en la vida, pero todo esto (especialmente el compañerismo del hombre con Dios) fue perjudicado por la caída del hombre en pecado y la maldición resultante sobre la tierra (Génesis 3).
En Apocalipsis, el último libro de la Biblia, Dios revela que va a destruir esta tierra y el cielo presentes como los conocemos, y conducirnos al estado eterno, al crear un nuevo cielo y una nueva tierra. En ese momento, Él va a restaurar por completo el compañerismo con la humanidad redimida. Algunos van a ser juzgados indignos y arrojados en el lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15). La maldición del pecado será disipada; no habrá más pecado, aflicción, enfermedad, muerte, dolor, etc. (Apocalipsis 21:4). Dios habitará con ellos, y ellos serán Sus hijos (Apocalipsis 21:7). De este modo, vamos a volver al punto de partida: Dios nos creó para tener compañerismo con Él, pero el hombre pecó, rompiendo ese compañerismo; Dios restaura ese compañerismo completamente, en el estado eterno. ¡Ahora, ir a través de la vida haciendo nada y todo, solamente para morir separados de Dios por la eternidad, sería peor que vano! Pero Dios ha hecho un camino no solamente para hacer posible la dicha eterna (Lucas 23:43), sino también esta vida satisfactoria y valiosa en esta tierra. Ahora, ¿cómo se obtienen esta dicha eterna y este "cielo en la tierra"?