• Asignatura: Castellano
  • Autor: lauragaspari76
  • hace 2 años

tengo que cambiar el final a un final fantástico, porfs ayuda es urgente? el cuento de los ojos de celina​

Adjuntos:

lauragaspari76: vale

Respuestas

Respuesta dada por: araquinteros035
0

Respuesta:

no lo se no he leido eso.....

Explicación:

PERO GRACIAS


marcenoemi20: fantastic real
Respuesta dada por: loreavila8716
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Al día siguiente mi madre nos avisó que el domingo saldríamos de paseo al río. Jamás se mostró amiga de pasear los domingos o cualquier otro día, porque nunca faltó trabajo en casa o en el campo. Pero lo que más me extrañó fue que ordenó a Celina que viniese con nosotros, mientras Roberta debía quedarse a cuidar la casa y los chicos.

Ese domingo me acordé de los tiempos viejos, cuando éramos muchachitos. Mi madre parecía alegre y más joven. Preparó la comida para el paseo y enganchó el caballo al sulky. Después nos llevó hasta el recodo del río.

Era mediodía y hacía un calor de horno. Mi madre le dijo a Celina que fuese a enterrar la damajuana de vino en la arena húmeda. Le dio también la olla envuelta en arpillera:

—Esto lo abrís en el río. Lavá bien los tomates que hay adentro para la ensalada.

Quedamos solos y como siempre sin saber qué decirnos. De repente sentí un grito de Celina que me puso los pelos de punta. Después me llamó con un grito largo de animal perdido. Quise correr hacia allí, pero pensé en brujerías y me entró un gran miedo. Además mi madre me dijo que no me moviera de allí.

Celina llegó tambaleándose como si ella sola hubiese chupado todo el vino que llevó a refrescar al río. No hizo otra cosa que mirarme muy adentro con esos ojos que tenía y cayó al suelo. Mi madre se agachó y miró cuidadosamente el cuerpo de Celina. Señaló:

—Ahí abajo del codo.

—Mismito allí picó la yarará —dijo mi hermano.

Observaban con ojos de entendidos. Celina abrió los ojos y volvió a mirarme.

—Una víbora —tartamudeó—. Había una víbora en la olla.

Miré a mi madre y entonces ella se puso un dedo en la frente para dar a entender que Celina estaba loca. Lo cierto es que no parecía en su sano juicio: le temblaba la voz y no terminaba las palabras, como un borracho de lengua de trapo.

Quise apretarle el brazo para que no corriese el veneno, pero mi madre dijo que ya era demasiado tarde y no me atreví a contradecirle. Entonces dije que debíamos llevarla al pueblo en el sulky. Mi madre no me contestó. Apretaba los labios y comprendí que se estaba enojando. Celina volvió a abrir los ojos y buscó mi mirada. Trató de incorporarse. A todos se nos ocurrió que el veneno no era suficientemente fuerte. Entonces mi madre me agarró del brazo.

—Eso se arregla de un solo modo —me dijo—. Vamos a hacerla correr.

Mi hermano me ayudó a levantarla del suelo. Le dijimos que debía correr para sanarse. En verdad es difícil que alguien se cure en esta forma: al correr, el veneno resulta peor y más rápido. Pero no me atreví a discutirle a mamá y Celina no parecía comprender gran cosa. Solamente tenía ojos —¡qué ojos!— para mirarme, y me hacía sí con la cabeza porque ya no podía mover la lengua.

Cuando de depende de Celina empezó a salir un brillo todos nos asombramos y nos dimos cuenta de que Celina no era normal era la hija de una maga, y todo este tiempo tuvimos la oportunidad de pedir varios deseos y no nos dimos cuenta. Pero ya era muy tarde Celina había mu3rt0. La velamos y la enterramos en el campo.


loreavila8716: De nadda
loreavila8716: Me das coronita?
lauragaspari76: ya
loreavila8716: grax
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