FILOSOFÍA PARA VIVIR
La filosofía sirve para vivir o no sirve para nada. ¿Tiene sentido filosofar en nuestra época? Filosofar es aprender a pensar por uno mismo. Filosofar es pensar por uno mismo; pero nadie puede lograrlo verdaderamente sin apoyarse en el pensamiento de otros… La filosofía no es una ciencia, ni siquiera un conocimiento; no es un saber entre otros: es una reflexión sobre los saberes disponibles. Por eso la filosofía no se aprende, decía Kant: sólo podemos aprender a filosofar. ¿Cómo? Filosofando nosotros mismos: preguntándonos por nuestro propio pensamiento, por el pensamiento de los demás, por el mundo, por la sociedad, por lo por lo que ésta nos oculta… Nadie puede filosofar por nosotros…Filosofar es vivir con la razón, que es universal… Pero la filosofía es también, y quizás fundamentalmente crítica de las ilusiones y los prejuicios, de las ideologías. Toda filosofía es lucha. ¿Sus armas? La razón. ¿Sus enemigos? La ignorancia, el fanatismo, el oscurantismo. ¿Sus aliados? Las ciencias. ¿Su meta? La felicidad, pero en el seno de la verdad… La cuestión principal: ¿Cómo he de vivir? En cuánto se intenta dar una respuesta inteligente a esta pregunta, se está haciendo filosofía.
ANALISIS DEL ANTERIOR TEXTO.
Respuestas
Respuesta:
La primera posibilidad de respuesta es la de esbozar la utilidad de la filosofía. Debo advertir que cualquier utilidad que queramos asignarle a la filosofía dependerá de la definición de filosofía que tengamos. Personalmente, me adhiero a la definición según la cual la filosofía es un saber que ayuda a sentar tesis sólidas sobre los fundamentos de todos los demás saberes. No estoy reduciendo la filosofía a la lógica, pero sí vinculándolas estrechamente. Al decir que la filosofía es un saber, quiero decir que es un conocimiento y no una mera forma de pensar o de especular. Al decir que la filosofía sirve para sentar tesis sólidas sobre los demás saberes, quiero decir que ella es necesaria para sentar las bases de todo saber, pues, a diferencia de cualquier saber particular, la filosofía resuelve preguntas tan generales que ningún saber puede abarcar, al menos no por sí solo, preguntas relacionadas directamente con dicho saber.