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Qk Tengas Lindo Dia (:
Respuesta:
Entre Las Casas, Suárez y Vitoria; de la teología política a la
modernidad colonial (izada)
De acuerdo con Moreno (2011) “es interesante destacar la importancia
que Dussel atribuye al siglo XVI portugués y español, una etapa intelectual que vivió el «Yo conquisto» de Hernán Cortés cien años antes de
que Descartes, alumno de jesuitas españoles en La Flèche, proclamara
el famoso «Yo pienso».” La escolástica española del siglo XVI, dirime
el primer debate moderno en torno de la justificación de la conquista
contra los indígenas sin alma (como hizo Ginés de Sepúlveda) o su defensa como alteridad radical (como hizo Bartolomé de las Casas) o la
definición del pueblo como recipiendario de la soberanía, hasta entonces detentada, sin posible reclamo alguno, por la monarquía y el papa
católico (como lo discutieron Francisco Suárez y Francisco de Vitoria,
quienes le dieron protagonismo al pueblo en su derecho público –más
allá del jus gens– y quienes dieron origen al derecho internacional,
aunque estuviese centrado en el Estado nacional moderno).
Las Casas representaría, 300 años antes que Kant, la primera
crítica del presente (Moreno, 2011):
Con esto España quedaría redefinida como el primer Estado «moderno»,
y América Latina, desde la conquista, sería el primer territorio colonial
de la indicada Modernidad. Moderna, entonces, en tanto que es la «otra
cara» bárbara que la Modernidad necesita para su definición.
En este libro homenaje, Mario Ruiz Sotelo2
plantea que
Dussel observa en Las Casas un profeta no en la conocida idea de observador del futuro, sino por poder percibir el sentido profundo del presente
(“el auténtico sentido de la palabra profecía”, Dussel, 1976), el fundamento no visto por el común de sus contemporáneos, y que él habría podido percibir dada una especial capacidad para entender la realidad
de su tiempo, que esencialmente es también la de nuestro tiempo, dado
que el sistema que denunció no puede presumirse desmantelado.
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