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llamariamos todos a la ex
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xd
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El procesamiento de la información comienza con la entrada de los órganos sensoriales, que transforman estímulos físicos como el tacto, el calor, las ondas de sonido o los fotones de luz en señales electroquímicas. La información sensorial es transformada repetidamente por los algoritmos del cerebro tanto en el procesamiento ascendente como descendente.
Por ejemplo, al mirar una imagen de un cuadro negro sobre un fondo blanco, el procesamiento ascendente reúne información muy simple como el color, la orientación y dónde están los bordes del objeto, donde el color cambia significativamente en un espacio corto (para decidir que estás viendo una caja). El procesamiento de arriba hacia abajo utiliza las decisiones tomadas en algunos pasos del proceso de abajo hacia arriba para acelerar el reconocimiento del objeto.
Una vez que la información se procesa hasta cierto punto, un filtro de atención decide cuán importante es la señal y qué procesos cognitivos deben estar disponibles. Por ejemplo, aunque el cerebro procesa cada brizna de hierba cuando te miras los zapatos, un filtro de atención específico evita que los notes individualmente. Por el contrario, tu cerebro es capaz de percibir y escuchar tu nombre, incluso cuando estás en una habitación ruidosa.
Existen muchas etapas de procesamiento, y los resultados del procesamiento son modulados por la atención repetidamente. Con todo, para que el cerebro procese la información, primero debe almacenarse. Veamos cómo lo hace.
El almacenamiento de la información
Para que el cerebro procese la información, primero debe almacenarse. Existen múltiples tipos de memoria, incluidas las sensoriales y la memoria a corto plazo, la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo. Primero, la información debe codificarse, y hay distintos tipos de codificación específicos para los diferentes tipos de estímulos sensoriales.
Por ejemplo, la entrada verbal se puede codificar estructuralmente, refiriéndose a cómo se ve la palabra impresa; fonológicamente, refiriéndose a cómo suena la palabra; o semánticamente, refiriéndose a lo que significa la palabra. Una vez que se almacena la información, ésta debe mantenerse. Algunos estudios en animales sugieren que la memoria de trabajo, que almacena información durante aproximadamente 20 segundos, es mantenida por una señal eléctrica que recorre una serie particular de neuronas durante un corto período de tiempo.
En lo que respecta a la memoria a largo plazo, se ha sugerido que la información que consigue consolidarse en este almacén se mantiene en la estructura de ciertos tipos de proteínas. Con todo, existen numerosos modelos de cómo se organiza el conocimiento en el cerebro, algunos basados en la forma en que los sujetos humanos recuperan recuerdos, otros basados en la informática y la computación, y otros basados en la neurofisiología.
El modelo de red semántica, por ejemplo, establece que hay nodos que representan conceptos y que dichos nodos están vinculados en función de su relación. Por ejemplo, en una red semántica, la palabra "silla" podría estar vinculada a "mesa", que puede estar vinculada a "madera", y así sucesivamente. Otro modelo es el conexionista, que afirma que una pieza de conocimiento está representada simplemente por un patrón de activación neuronal más que por un significado.
Todavía no existe un modelo de organización del conocimiento universalmente aceptado, porque cada uno tiene sus fortalezas y debilidades, así que en este sentido se requieren más investigaciones al respecto.