Quien me hace una pequeña explicación sobre el populismo de Daniel Ortega y que ha hecho (doy corona)
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Respuesta: Últimamente, han aparecido en el mapa político latinoamericano una serie de gobiernos cuyos rasgos particulares son, a veces, difíciles de retratar por la teoría política. Con un discurso que se auto-proclama “progresista”, con un accionar pronunciadamente autócrata y con un fuerte respaldo, a veces irracional, de grandes masas de población; el populismo vuelve a aparecer en Latinoamérica. Digo “vuelve” porque, como todos sabemos, estas formas de gobernar no son desconocidas por la historia latinoamericana. Es por eso que la denominación del fenómeno como “neo-populismo” parece del todo correcta.
Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Kirchner en Suramérica y el derrocado Manuel Zelaya y Daniel Ortega en Centroamérica, parecen ser la nueva y pintoresca “camada” de personalidades populistas que se han instalado, con ánimos de quedarse, en el sub-continente. Quisiera detenerme en éste último, Daniel Ortega, cuya ruidosa segunda Presidencia de Nicaragua ya está dando que hablar.
Como señalé hace unos instantes, está en curso el segundo mandato de Daniel Ortega. Si bien su primer gobierno legítimo (es decir, elegido por elecciones democráticas) se materializó con una victoria importante (63% de los votos aproximadamente) en 1985, no podemos dejar de apuntar que Ortega venía de pasar por una experiencia gubernamental previa, al ser privilegiado miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. Esa junta se constituyó como un gobierno de transición luego de que estallase y, finalmente, triunfase la revolución sandinista del año 1979. Definitivamente, dicha pertenencia a la junta, es un componente importante de la historia política de Daniel Ortega, cuya relevancia hay recalcar. Más aún cuando tenemos en cuenta que, para el año 80 y tras el abandono de los otros miembros, Ortega quedó como el regente de facto del Estado nicaragüense.
la primera presidencia de Daniel Ortega se caracterizaría por adoptar medidas de corte comunista, la mayoría de ellas inspiradas por el castrismo de Cuba. Su período de gobierno transcurrió bajo el Estado de Emergencia, lo que le permitió gobernar de manera autoritaria, por lo cual, y entre otras cosas, pudo censurar a varios medios de comunicación
Tras varios intentos de retomar la presidencia, Daniel Ortega, la obtendría nuevamente el 5 de noviembre de 2006, que tendrá culminación en el 2012.
Por un lado, Ortega consigue hacerse del gobierno a través de un extraño, dudoso, por no decir escandaloso, acuerdo, realizado en el año 1998, con el entonces presidente nicaragüense, Arnoldo Alemán. Mediante el pacto, los contratantes se repartían, literalmente, parcelas de poder dentro del Estado
Los dos años que van de esta segunda Presidencia de Ortega, ponen de relieve situaciones que se desencuentran con los principios básicos que exige una democracia liberal.
Como la mayoría de la cuadrilla populista latinoamericana, Daniel Ortega no es ajeno al síndrome de la reelección. Al igual que para otros presidentes populistas, la Constitución es el impedimento para concretar mandatos consecutivos. Así que ya ha comenzado a preparar la estratagema a utilizar para reformarla.
Poco se puede agregar después de pintar semejante panorama. Si la situación con el actual gobierno, ésta empeora cuando vemos que, en realidad, no parece haber una verdadera alternativa política que pueda garantizar un cambio. Lo que invita a la población, y a los extranjeros, a generar una suerte de desconfianza generalizada en el sistema político nicaragüense. Y una nación sin sistema político creíble, es una nación en claro peligro. El tiempo dirá como terminará esta historia.
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