• Asignatura: Religión
  • Autor: kareneste1
  • hace 2 años

Organizar la frase desordenada:

Para que los reconociese y le sirviera como al único Dios, la alianza del Sinaí y en manos de Moisés entregó la Ley, durante su viaje por el desierto, hacia la tierra prometida, Dios constituyó a Israel como su pueblo, después, de los patriarcas, salvándolo de la esclavitud de Egipto, Padre providente y justo, para que esperase al Salvador prometido, Dios estableció con el pueblo israelita, que anunciaron los profetas.

Respuestas

Respuesta dada por: sebastiancabezas166
0

Respuesta:

La alianza es una idea teológica central en el AT, que usa ese

término para expresar la relación especial que Dios tiene con Israel.

Es fundamental para la fe, la vida y el culto de Israel la convicción

de que Dios, en un tiempo y lugar particular y libremente, ha querido

entrar en comunión con Israel y constituirlo como pueblo de Dios,

imponiéndole obligaciones específicas. El símbolo dominante

utilizado por Israel para describir esa relación especial es el de

alianza. Es una imagen que le viene de su ambiente cultural y

social. La idea de alianza era muy usada en el Antiguo Oriente

mucho antes de que Israel la adaptara para expresar su relación

especial con Dios. Las alianzas eran acuerdos entre dos partes

(personas o pueblos) en los que se especificaban los derechos y

deberes de cada uno de ellos. Había alianzas entre individuos o

grupos iguales y también entre socios desiguales, donde el más

poderoso aseguraba protección al débil, mientras que éste le

prometía fidelidad y servicios. Se acompañaban frecuentemente

estas alianzas de una letanía de bendiciones que recaerían sobre

aquellos que la cumplieran y una lista de maldiciones que

soportarían los que la violaran. Además solía haber diversos ritos y

actos simbólicos (como intercambiar sangre, hacer sacrificios,

celebrar banquetes o clavar una piedra en el lugar donde se había

celebrado la alianza) que subrayaban la solidez de la vinculación

establecida en la alianza.

Han llegado hasta nosotros textos de alianzas o tratados de

carácter político que se han preservado en documentos hititas de

los siglos XV y XIV a.C. En ellos encontramos los elementos claves

que Israel va a utilizar adaptándolos para describir su realidad

religiosa. Por supuesto, la alianza entre Dios e Israel tiene unos

rasgos peculiares ya que no va a ser entendida como una alianza

entre iguales y va a diferir de toda alianza humana, ya que Dios es

el que va a tomar la iniciativa. Un rasgo que no encontramos en los

textos de los pueblos que rodeaban a Israel y que pudieron, por

tanto, influir en su concepción de la alianza.

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La alianza del Sinaí

El texto programático y central en la concepción de la alianza

de Israel lo encontramos en el Sinaí, en el libro del Éxodo. Esta

alianza es la culminación del propósito de Dios de liberar a Israel de

la opresión egipcia que había sido prometida a Moisés en el

episodio de la zarza ardiente (Ex 3): «Ya habéis visto lo que he

hecho con los egipcios, y cómo a vosotros os he llevado sobre alas

de águila y os he traído a mí. Ahora bien, si me obedecéis y

guardáis mi alianza, vosotros seréis el pueblo de mi propiedad entre

todos los pueblos, porque toda la tierra es mía; seréis para mí un

reino de sacerdotes, una nación santa» (Ex 19,4-6). Hace así Dios

en este texto una oferta desconcertante: si los israelitas

permanecen fieles a su alianza, serán un pueblo verdaderamente

peculiar, la propiedad particular de Dios, una nación consagrada a

su servicio.

Después del rito de purificación del pueblo, Dios aparece

entre truenos, relámpagos y fuego, e impone a Israel las

obligaciones de la alianza. “Yahvé designa a Israel como

compañero de su alianza, de modo que Israel está obligado, desde

el principio, a responder y a cumplir con las expectativas de Yahvé.

Como compañero de la alianza de Yahvé, Israel es un pueblo

definido por la obediencia”1

. Si en primer lugar tenemos como

contenido de estas obligaciones al Decálogo, después encontramos

en Éxodo y Levítico múltiples leyes, de épocas y etapas diferentes

de la historia de Israel que éste ha unido a la experiencia del Sinaí.

El pueblo expresa su voluntad de acatar todos estos mandamientos

y obligaciones: «Nosotros haremos todo lo que Dios ha dicho» (Ex

19,8). Es un compromiso solemne y permanente que afectará para

siempre a toda la historia de Israel. Es en este contexto que se

debe entender el sentido del pecado en el AT: una infidelidad a la

alianza, en cierta medida, una apostasía.

La alianza en la historia de Israel

El AT hablará también de alianzas de Dios con personajes

claves de la historia de Israel. Así Dios hace una alianza con David

y su descendencia, prometiendo una dinastía eterna (2 Sm 7,8; Sal

89,20-38). Estamos en los orígenes de la esperanza mesiánica

1 W.BRUEGGEMANN, Teología del Antiguo Testamento. Un juicio a Yahvé, Sígueme, Salmanca

2007, p.445.

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cuya culminación encontraremos en la cristología implícita del Jesús

terreno y en la reflexión cristológica de la comunidad primitiva. Las

tradiciones del Pentateuco proyectarán la idea de alianza hacia el

periodo patriarcal, describiendo la alianza con Abrahán como el

fundamento y el origen de la relación especial entre Dios e Israel

Pentateuco se remonta al ámbito creacional y preisraelita trazando

una alianza después de la catástrofe del diluvio. Dios establece una

Explicación:

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