Respuestas
Un día, el negociante de harina salió de viaje en compañía de un hombre de sicuani el tenía que ir donde se encuentra su comprador, ellos caminaron pero ya estába anocheciendo mientras caminaban el sicuaneño quería descansar, pero el negociante no quería descansar en ningún lugar, muy lejos percibieron una casa, el sicuaneño empezó a sentir temor, de pronto escucharon una voz diciendo, ¡oh, mi vendedor! ¡mi vendedor! el negociante le dijo que mi comprador me está llamando, pero su compañero sabía que esa voz no era de un hombre vivo, sino de un muerto o de un condenado, cuando llegaron se quitaron los atados y bajaron los sacos de harina, el negociante entró en una de las habitaciones y se quedó dormido como un muerto el sicuaneño miro el cerro y se percató que no era un hombre sino un fantasma, el hombre corrió hacia la habitación y trato de despertarlo, pero no se despertaba. El condenado grito otra vez, entonces se fue lejos llevándose los atados, dejó bien cerrada la puerta, cuándo amaneció se acercó a la habitación y vio por una rendija al condenado que estaba dormido en un rincón, del negociante quedó trozos de ropa ensangrentado y su cuero cabelludo, él hizo arder al condenado, el sicuaneño se llevó las llamas y se fue, se paro en la cuesta para ver qué pasaba. El condenado sintió el fuego y tumbó la pared y escapó, desde entonces nunca volvió a ese lugar.
Explicación:
Coronita?