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15 ABR 2000 - 17:00 PET
Uno de los argumentos más frecuentes contra la globalización -se lo escuchó en los alborotos contestatarios de Seattle, Davos y Bangkok- es el siguiente:La desaparición de las fronteras nacionales y el establecimiento de un mundo interconectado por los mercados internacionales infligirá un golpe de muerte a las culturas regionales y nacionales, a las tradiciones, costumbres, mitologías y patrones de comportamiento que determinan la identidad cultural de cada comunidad o país. Incapaces de resistir la invasión de productos culturales de los países desarrollados -o, mejor dicho, del superpoder, los Estados Unidos-, que, inevitablemente, acompañan como una estela a las grandes trasnacionales, la cultura norteamericana (algunos arrogantes la llaman la "subcultura") terminará por imponerse, uniformizando al mundo entero, y aniquilando la rica floración de diversas culturas que todavía ostenta. De este modo, todos los demás pueblos, y no sólo los pequeños y débiles, perderán su identidad -vale decir, su alma- y pasarán a ser los colonizados del siglo XXI, epígonos, zombies o caricaturas modelados según los patrones culturales del nuevo imperialismo, que, además de reinar sobre el planeta gracias a sus capitales, técnicas, poderío militar y conocimientos científicos, impondrá a los demás su lengua, sus maneras de pensar, de creer, de divertirse y de soñar.
En el orden político, hemos visto que las grandes empresas transnacionales y .Por un lado, algunos países subdesarrollados son utilizados como depósitos de .socios del presunto intercambio tuviesen capacidades y poderes diferentes.y las culturas indígenas, deudoras de milenarias tradiciones ancestrales
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espero haberte ayudado :)