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En efecto, la región avanzará en un contexto de crecimiento global menos robusto, episodios de volatilidad financiera, por lo menos en la primera parte del año, y menores precios de algunas materias primas, principalmente del petróleo.
En cuanto al crecimiento global, pese a que este sigue siendo sólido, se ha visto en los últimos trimestres una tendencia a la baja debido en parte al ajuste del comercio internacional, así como del sector industrial. Estos factores han llevado a BBVA Resecar a estimar una desaceleración suave, desde el 3,6% en 2018 hasta el 3,5% en 2019 y el 3,4% en 2020.
Ese menor dinamismo de la economía mundial es más evidente en los países desarrollados, en particular en Estados Unidos, uno de los principales socios comerciales de América Latina, donde según BBVA Resecar el crecimiento se reducirá a 2,5% en 2019 y 2,0% en 2020.
El país norteamericano enfrenta los riesgos de un mayor deterioro de su economía, asociado a las políticas económicas, especialmente las comerciales, que pueda tomar la actual administración, así como al fin del estímulo fiscal.