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La primera pizza del mundo se inventó hace un poco más de 250 años en Europa, concretamente en una antigua ciudad de Italia llamada Nápoles.
Nadie conoce el nombre de la persona que la preparó, pero se sabe que puso sobre el pan unos pocos ingredientes, todos muy naturales: tomate, ajo, aceite, y para rematar dos especias, orégano y albahaca, que olían maravillosamente.
El resultado se bautizó con el nombre de ‘Pizza Marinara’. Si tú quieres comer una igual en un restaurante italiano no hay problema ¡Puedes pedirla por ese nombre porque se sigue llamando así!
Hoy en día existe una gran variedad de pizzas ¡Las hay para todos los gustos! Si te fijas bien, verás que el tomate y el queso están presentes en casi todas, pero el resto de ingredientes cambian según la que elijas. Las hay con piña, con carne, con jamón, con gambas, con espinacas… Todas están riquísimas, pero tú ¿con cuál te quedas?