Respuestas
Respuesta:
parapetarse tras la disculpa de que son modas pasajeras. Aunque suene tajante,
el educador que no vuelva a las aulas o no esté renovando sus conocimientos,
fácilmente perderá credibilidad y, muy seguramente, con dificultad hallará un
nicho laboral estable.
Otro rasgo, asociado con el anterior, tendrá que ver con que los maestros
y maestras se vuelvan investigadores de su práctica, que conviertan su aula
en un laboratorio en el que problematicen y se pregunten sobre su quehacer docente. La idea de sólo impartir o dictar clase cederá ante el docente
investigador que verá en cada dificultad, en cada fracaso de enseñanza o en
cada problema de su institución, una oportunidad para reflexionar sobre lo
que hace, para replantear una estrategia didáctica o para poner en tela de
juicio una propuesta curricular. En los próximos años será más importante
asumir con valor y entusiasmo ciertas incertidumbres pedagógicas y no
conformarse con gastadas certezas que ya parecen ineficaces. Para ello, los
nuevos maestros deberán acostumbrarse a tener evidencias, registros de lo
que hacen; le seguirán la pista a un problema por varios semestres; hablarán
recurrentemente con sus colegas de estas inquietudes y, aunque les cueste,
le darán cuerpo escrito a esos proyectos, vinculando a los propios alumnos
en dichas pesquisas.
Explicación: