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Hola!
Explicación:
La estética es mas bien subjetiva, ya que tiene que ver con el punto de vista de cada uno o las visiones del mundo de cada individuo. Va a depender de lo que sientas después de leer, si tienes algún tipo de emoción, si conmociona los sentidos y sentimientos.
La estética sirve para embellecer y trasmitir la belleza a través de las palabras de un texto para sorprender al lector con el contenido de éste, o emocionarlo por la forma de expresión que el autor deja en su obra.
Espero te sirva :)
Respuesta:
n la actualidad se acepta comúnmente que las fórmulas didácticas entrañan un contenido específico de índole ideológica, una teoría definida -o, al menos, definible- en términos precisos. Detrás, o en el fondo, de las nociones y explicaciones, en apariencia meramente descriptivas, están más o menos implícitas concepciones antropológicas, religiosas, filosóficas y culturales sobre los principios fundamentales que determinan las actitudes y comportamientos individuales y colectivos. Una gramática o una retórica, cuando establecen las nociones de verbo o de poesía están, al mismo tiempo, optando por una determinada concepción del lenguaje o del arte y, en definitiva, por un peculiar modelo teórico del hombre. Resultará, por tanto, de interés y utilidad para conocer el trasfondo «ideológico» (principios y valores teológicos y filosóficos) que se transmiten en un momento determinado, analizar los libros de texto que estudian los alumnos de algún centro.
Durante el siglo XIX se desarrolló en Cádiz una importante actividad científica y didáctica. Recordemos las instituciones educativas que se crearon durante este siglo y mantuvieron un nivel muy alto: la Real Sociedad Económica de Cádiz (1814) estableció una escuela «Camorra», y la Escuela Gratuita del Beaterio, la Escuela de D. Diego Choquet, las Escuelas Pías de la Aurora en El Puerto, el Colegio de Villaverde (1835), Colegio de San Pedro (1836), Colegio de San Felipe Neri (1837)1. Pero la importancia de esta actividad educativa no se limita sólo al ámbito de los centros privados: en el Instituto de Bachillerato imparten clases prestigiosos profesores cuyas enseñanzas podemos valorar gracias a los manuales que publicaron algunos de ellos. Ciñéndonos al ámbito de la Retórica podríamos recordar, entre otros, los nombres de Salvador Arpa, Narciso Campillo, Romualdo Álvarez Espino y Antonio Góngora Fernández. En este trabajo vamos a limitar nuestro estudio al libro de estos dos últimos autores, titulado Elementos de Literatura Filosófica, Preceptiva e histórico-crítica, con aplicación a la Española, que fue editado en Cádiz en el año 1870 y se imprimió en la Imprenta y Litografía de la Revista Médica.
La definición de literatura en los «Elementos...» de Álvarez Espino y Góngora Fernández
Estos autores apoyan toda su obra en la definición de Literatura, que formulan en los siguientes términos:
«Literatura es el arte que imita la belleza por medio del lenguaje».
(p. 9)2
El elemento fundamental de esta definición, que les sirve de base y de punto de partida, es el concepto de belleza. De esta manera justifican la amplitud que le conceden a sus reflexiones sobre la Estética y el lugar que le asignan como introducción a los estudios literarios. Otros autores, por el contrario, siguiendo a Hugo Blair, comienzan sus reflexiones a partir de la definición del gusto.
Álvarez Espino y Góngora Fernández aceptan que la obra de arte es producto, fundamentalmente, del talento y de la imaginación, pero también reconocen que, sin la ayuda de los procedimientos técnicos resultaría prácticamente imposible alcanzar la perfección3. Por lo tanto, al estudio de la literatura hay que concederle una importancia decisiva en los planes y programas académicos, ya que el conocimiento concienzudo de sus secretos resulta no sólo útil sino incluso necesario para acercarse al ideal de perfección estética. La Retórica también rendirá un servicio a los que tienen que elaborar escritos no estrictamente literarios:
«Es sumamente necesario y útil su estudio, porque sin él sería imposible alcanzar la perfección de las obras hijas del talento y de la imaginación, pues aún los escritos más ajenos a la belleza como fin, necesitan de la belleza como medio».
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