• Asignatura: Historia
  • Autor: pinfigueroadannaalej
  • hace 2 años

Iremos queremos una historia de la liebre y el conejo

Respuestas

Respuesta dada por: ehuaranccae
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Respuesta:

En ese bosque todos sabían que la liebre era el animal más veloz. Todas las mañanas, antes de que saliera el sol, la liebre corría y corría por las estrechas sendas entrenando cada día. Cuando los demás despertaban, ya había hecho kilómetros y kilómetros sin que nadie se enterara. Tan solo el búho, cada amanecer, veía a la liebre correr, pero no decía nada.

Un día, un conejo con fama de envidioso, se plantó delante de la liebre y dijo delante de todos:

- Es fácil ser el más veloz cuando la naturaleza te da ese don.

La liebre oyó al conejo, pero no dijo nada.

Al otro día el conejo volvió a decir:

- ¡Dejad paso a la liebre que corre como un rayo! - y al mismo tiempo, mofándose de ella, hizo una mueca cuando pasó por su lado.

Cada día, la liebre escuchaba y aguantaba sus burlas sin decir nada.

Una tarde, el conejo envidioso fue a visitar a sus padres a una madriguera cercana, y en el camino se  hizo de noche. De repente le llegó el olor inconfundible del fuego y, enseguida se vio envuelto entre las llamas y una espesa humareda. Empezó a toser ahogándose y no podía ver nada con el humo.

El búho desde lo alto de un árbol ululó enseguida alertando a los animales:

- ¡Fuego, fuego, fuego! - y todos salieron huyendo de allí.

¿Todos? No.

La liebre fue corriendo hacia el fuego y, poniendo en peligro su vida, se metió entre las llamas y fue salvando a los animales que estaban en el incendio. Entre ellos se encontraban el conejo envidioso y sus padres.

En poco tiempo, gracias al búho y a la liebre, se habían salvado muchos animales del terrorífico incendio.

El conejo envidioso agachó las orejas y muy apesadumbrado dijo delante de todos:

- Perdóname liebre.

Y entonces, fue cuando el conejo descubrió lo que ya todos sabían; la liebre además de ser la más veloz, era valiente y generosa.

La liebre continúo corriendo, corriendo, corriendo, antes de que saliera el sol.

El búho, nunca contó en el bosque, que la liebre además de ser veloz, valiente y generosa tenía una voluntad de hierro

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