• Asignatura: Castellano
  • Autor: breidyoriguen
  • hace 2 años

En la Literatura del barroco español...

Indique ¿Cómo influyó la decadencia de España en la Literatura propia de la época?

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Respuestas

Respuesta dada por: joshuauria3
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Respuesta:

La Decadencia española fue el proceso paulatino de agotamiento y desgaste sufrido por la Monarquía Hispánica a lo largo del siglo XVII, durante los reinados de los denominados Austrias menores (los últimos reyes de la Casa de Austria. Felipe III, Felipe IV y Carlos II); proceso histórico simultáneo a la denominada crisis general del siglo XVII, pero que fue especialmente grave para España, hasta tal punto que la hizo pasar de ser la potencia hegemónica de Europa y la mayor economía del mundo en el siglo XVII a convertirse en un país empobrecido y semiperiférico.1​

La decadencia se reflejó en todos los ámbitos: demográfico (recrudecimiento de la peste y otras epidemias, despoblación), económico (cronificación de los problemas fiscales, las alteraciones monetarias, la inflación y el descenso de las remesas de metales preciosos de América), social (mantenimiento de la tensión religiosa e inquisitorial, expulsión de los moriscos, refeudalización, búsqueda de salidas escapistas como el ennoblecimiento, la compra de cargos, el incremento de la presencia de las órdenes religiosas y la picaresca), o político y territorial (iniciada con la tregua de los doce años y las maniobras del valimiento del Duque de Lerma, manifestada espectacularmente a partir de la denominada crisis de 1640, tras el intento de restaurar la reputación de la monarquía con la agresiva política del Conde Duque de Olivares, y posteriormente evidenciada con la Paz de Westfalia -1648-, el Tratado de los Pirineos -1659- y la patética situación de los últimos años del siglo,2​ en que todas las cancillerías europeas anduvieron pendientes del incierto futuro del trono del rey hechizado, resuelto tras su muerte mediante la Guerra de Sucesión -1700-1715- y el Tratado de Utrecht -1713-, que dividió sus territorios entre Habsburgo y Borbones, con sustanciosos beneficios para Inglaterra).

Por contraste, la decadencia española coincidió con las manifestaciones más brillantes del arte y la cultura, en lo que se ha denominado Siglo de Oro Español. En muchas de esas manifestaciones artísticas y culturales hay una verdadera conciencia de la decadencia, que en algún caso ha sido calificada de introspección negativa (Quevedo, los arbitristas). Concretamente, el Barroco español (el culteranismo o lo churrigueresco) ha sido interpretado como un arte de la apariencia, escenográfico, que oculta bajo los oropeles exteriores la debilidad de la estructura o la pobreza del contenido.3​

La interpretación historiográfica de las causas de la decadencia ha sido uno de los asuntos más tratados, y en muchas ocasiones se han atribuido a los tópicos que caracterizarían un estereotipo nacional español vinculado a la leyenda negra presente en la propaganda antiespañola desde mediados del siglo XVI: el orgullo de casta cristiano viejo, la obsesión por una hidalguía incompatible con el trabajo y propicia a la violencia en la defensa de un arcaico concepto de honor, la sumisión acrítica (por superstición o por temor más que por fe) a un poder despótico, tanto político como religioso, adepto de la versión más cerrada del catolicismo, que le abocaba a aventuras quijotescas en Europa contra los protestantes y a una cruel imposición a los indígenas americanos de la evangelización y el dominio de los conquistadores.4​ Una leyenda rosa alternativa, que atribuye a la fidelidad al catolicismo justamente los logros del Imperio español, está en la interpretación de la historia propia de la vertiente reaccionaria del nacionalismo español,5​ y que en sus casos más extravagantes atribuye la decadencia a una presunta conjura internacional, en la que, a pesar de lo inverosímil de tales teorías de conspiración, da un papel decisivo a los judíos y a las sociedades secretas que imaginan como antepasadas de la masonería (además de vincular a ambos criptopoderes, según convenga, a protestantes y musulmanes).6​

Desde puntos de vista más desapasionados, la historiografía actual suele considerar a la monarquía autoritaria de los Hasbsburgo como un modelo de Estado en realidad de muy débil entidad y presencia efectiva, y desde luego con pretensiones mucho menos absolutistas que la monarquía absoluta que estaban desarrollando contemporáneamente los Borbones en Francia.7​ No obstante, siguen considerándose las divergencias reales de los modelos socioeconómicos asociados al catolicismo y protestantismo de distintas partes de Europa

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