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1. Sufría de hipotiroidismo
La teoría más reciente apunta a un problema de tiroides que le condenaba a esa característica sonrisa. Lo defiende Mandeep R. Mehra, director médico del Centro Cardíaco y Vascular Brigham en Boston. Auque se ha desarrollado en 2018, lleva décadas mencionándose.
Mientras observaba la obra más famosa del museo parisino durante una visita veraniega a Francia, al médico le sobrevino una nueva idea en torno a la obra. Defiende que la curiosa anatomía de la Mona Lisa quizá desvele una condición médica: el hipotiroidismo. Argumenta su teoría en una carta al editor de la revista médica Mayo Clinic Proceedings.
La piel amarillenta, la ausencia de cejas y el nacimiento del pelo muy atrasado de la modelo del cuadro son algunos de los síntomas físicos que Mehra relaciona con los problemas de tiroides. Una forma extraña de cuello, que el doctor plantea como un posible bocio, y la hinchazón de la mano derecha son otros de sus argumentos para plantear esta hipótesis.
Un posible hipotiroidismo provoca un "retraso psicomotor y debilidad muscular", asegura el médico en el texto, lo que podía explicar esa sonrisa incompleta en el rostro de la modelo
2. Tenía sífilis
Continuando con la especulación médica, el crítico de arte Jonathan Jones apuntaba en 2017 en The Guardian que la Gioconda tenía sífilis. Era una enfermedad muy común en Europa durante los primeros años del siglo XVI. Para reforzar su teoría, con la que pretende explicar el tono lúgubre de un cuadro "lleno de enfermedad y muerte", el británico recuerda que uno de los pocos documentos históricos relacionados con Lisa Gherardini es la compra de algo tan inusual como el agua de caracol.
"En tiempos anteriores a la medicina moderna, era uno de los ingredientes básicos para combatir las enfermedades de transmisión sexual", comenta Jones en su artículo, en el que admite que esa compra está fechada más de una década después de que la mujer posara para el pintor.
3. Tenía el colesterol alto
El diagnóstico del doctor Vito Franco, de la Universidad de Palermo, defendía que la Gioconda tenía los niveles de colesterol muy elevados, explicaba al diario italiano La Stampa en 2010.
"Oh, qué interesante. Tenía colesterol como la mayoría de nosotros. ¿Llegaría a los titulares de la prensa que el modelo de un cuadro tiene colesterol si no fuera porque es el cuadro más famoso?", se pregunta el escritor británico.