resumen de descubriendo a Julio verne por fa lo necesito para el jueves por fa le doy corona a quien me responda por fa se lo suplico
Respuestas
Respuesta:
Julio Verne, autor de numerosos libros de relatos fantásticos. Julio y Pepa viajarán en globo, en elefante por la India, por grutas misteriosas, por las profundidades submarinas…
Un cuento infantil cargado de aventuras donde también aprenderás francés, la lengua francesa, ya que algunas frases están escritas en dicho idioma.
Le pidió a su madre que le contara lo que supiera de él, pero estaba atareada y le sugirió que hablase con su padre. Pepa así lo hizo, pero el señor Manuel también estaba ocupado en su despacho y no tenía tiempo para trabajos escolares. Su maestro le había explicado que en Nantes, la ciudad donde había nacido Julio Verne, llovía a menudo. Pepa, decidida, cerró su maleta y, a hurtadillas, salió de su casa.
Mientras caminaba hacia la parada de autobús, se encontró con su nuevo maestro.
―Voy a visitar a mi abuela ―respondió, nerviosa.
―Comment tu t´appelles?
―Je m´appelle Jules Verne. Pepa se despertó tumbada en un mullido sofá de color marrón. Julio Verne, desconcertada, y él, satisfecho al ver que se recuperaba, la ayudó a incorporarse.
Julio le sugirió que permaneciera en silencio porque necesitaba descansar, pero Pepa no dejaba de hablar, parecía una cotorra.
Mi padre quería que yo fuese avocat, pero yo no disfruto encerrando a la gente en la cárcel.
Pepa no podía ocultar su alegría. Julio la cogió de la mano y, parloteando, se dirigieron al desván. Julio abrió la tapa del arcón con dificultad, pues era muy pesada. Había toda clase de trastos.
Tras pensarlo un momento, seleccionó un globo aerostático en miniatura, de couleur rouge, y le pidió a Pepa que cerrara los ojos.
Explicación:
Espero que te ayude.
Que gané una excelente nota.
Porfavor necesito corona plisssssss.
Respuesta:
Aquel domingo de invierno, Pepa se despertó alegre como siempre. Mientras se trenzaba el pelo, pensaba en las aventuras que aquel día le depararía. Pepa, radiante, se colgó la mochila en el hombro y salió de su casa. Aquella mañana, al entrar, le extrañó ver sobre la tarima a un maestro nuevo, que sustituía a su profesora habitual.
Les explicó que la señorita Marta se ausentaría unos días a causa de la gripe y que él se haría cargo de la clase el tiempo que fuera necesario. Después del recreo, empezó la clase de Francés. Se llama Julio Verne.
―Hablando con mi abuela sobre el tamaño de nuestro planeta, me dijo que alguien lo había recorrido en ochenta días. Pepa sacó de su mochila un volumen pulcramente encuadernado. Se titulaba La vuelta al mundo en ochenta días.
―La verdad es que no sé demasiado de su obra, solo he leído ese libro…
Pepa así lo hizo, pero el señor Manuel también estaba ocupado en su despacho y no tenía tiempo para trabajos escolares. Su maestro le había explicado que en Nantes, la ciudad donde había nacido Julio Verne, llovía a menudo. Pepa, decidida, cerró su maleta y, a hurtadillas, salió de su casa. Mientras caminaba hacia la parada de autobús, se encontró con su nuevo maestro.
―Comment tu t´appelles?
―Je m´appelle Jules Verne. Pepa se despertó tumbada en un mullido sofá de color marrón. Julio Verne, desconcertada, y él, satisfecho al ver que se recuperaba, la ayudó a incorporarse.
Julio le sugirió que permaneciera en silencio porque necesitaba descansar, pero Pepa no dejaba de hablar, parecía una cotorra.
Subamos al desván. Niña, voy a compartir contigo un gran secreto. Pepa no podía ocultar su alegría. Julio la cogió de la mano y, parloteando, se dirigieron al desván.
Julio abrió la tapa del arcón con dificultad, pues era muy pesada. Había toda clase de trastos. Tras pensarlo un momento, seleccionó un globo aerostático en miniatura, de couleur rouge, y le pidió a Pepa que cerrara los ojos.
―C´est magnifique, Pepa. Regresaron al desván. Pepa quería que Julio Verne continuara relatándole las aventuras que había plasmado en sus libros.
Para complacer a su invitada, el escritor sacó del baúl una reproducción en miniatura de la
Tierra. Julio insistió en que cerrara los ojos y, al abrirlos de nuevo, ambos aparecieron sobre el cráter de un volcán. El escritor le explicó que viajarían al centro de la Tierra.
Parecía peligroso y estaban cansados, así que regresaron al desván y suspiraron aliviados. Pepa era feliz. Le agradeció a Julio que le hubiera brindado la oportunidad de vivir aquellas experiencias increíbles. Exploraron la Atlántida, las islas de la Polinesia e, incluso, la ciudad de Vigo, en España.
Le sirvió un enorme y esponjoso gâteau nantais, un pastel típico de la ciudad.
Julio le ofreció otros alimentos
Después de la merienda, Julio le propuso pasear por la ciudad. Pepa cerró los ojos para sentir la brisa acariciando su piel. Julio le señalaba où étaient les bâtiments más interesantes.
Recorrieron palmo a palmo las calles de Nantes, estrechas y bonitas todas ellas, hasta que, cansados, regresaron al caserón. Julio accedió con agrado.
Pepa señaló una figura de un elefante de ébano
Cuando di la vuelta al mundo, subí en un éléphant.
Pepa aceptó. Julio y Pepa disfrutaban de aquella experiencia singular. Al entrar en el salón, Pepa se fijó en el viejo reloj de cuco, que los vigilaba desde una pared oscura.
Julio le preguntó por sus padres. Pepa corrió hacia la entrada y abrió. Perpleja, Pepa comprendió que estaba en su casa, en su habitación, en su cama. Junto al reloj estaban los libros de Julio Verne.
Aquellos ejemplares que el escritor le había regalado.
«Querida Pepa
Te agradezco el cariño que has demostrado hacia mi persona y hacia mis libros.
Explicación:
espero te ayude ,dame coronita porfa