• Asignatura: Castellano
  • Autor: jeffersonguerrero268
  • hace 2 años

Tipos de narrador:
DE 3ª PERSONA
NARRADOR OMNISCIENTTE (que todo lo sabe). El narrador omnisciente es aquel cuyo conocimiento
de los hechos es total y absoluto. Sabe lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos,
sensaciones, intenciones, planes…
NARRADOR OBSERVADOR. Sólo cuenta lo que puede observar. El narrador muestra lo que ve, de
modo parecido a como lo hace una cámara de cine.
DE 1 ª PERSONA
NARRADOR PROTAGONISTA. El narrador es también el protagonista de la historia (autobiografía
real o ficticia).
NARRADOR PERSONAJE SECUNDARIO. El narrador es un testigo que ha asistido al desarrollo de
los hechos.
DE 2 ª PERSONA
El narrador HABLA EN 2ª PERSONA. Crea el efecto de estar contándose la historia a sí mismo o a un
yo desdoblado.
Y ahora, practica: ¿Sabrías decir qué tipo de
narrador es el que aparece en estos textos?
Fue entonces cuando se torció el tobillo [...] Cayó en mala posición: el empeine del pie izquierdo cargó con todo el peso
del cuerpo. Al pronto sintió un dolor agudísimo; pensó que se había roto el pie. Con alguna dificultad, sentado en el césped,
se quitó la zapatilla y el calcetín, comprobó que el tobillo no estaba hinchado. El dolor amainó en seguida, y Mario se dijo
que con suerte el percance no revestiría mayor importancia. Se puso el calcetín y la zapatilla; se incorporó; caminó con
cuidado: una punzada le desgarraba el tobillo.
Javier Cercas, El inquilino
Hace muchos años tuve un amigo que se llamaba Jim, y desde entonces nunca he vuelto a ver a un norteamericano más
triste. Desesperados he visto muchos. Tristes como Jim, ninguno. Una vez se marchó a Perú, en un viaje que debía durar
más de seis meses, pero al cabo de poco tiempo volví a verlo.
Roberto Bolaño, Jim
Ahora él le apartaba los cabellos con la mano y Teresa bajó los ojos. La mano [...] se posó luego en el cuello de la muchacha,
presionando levemente la nuca. [...] (Mal lo estás haciendo muy mal, ignorante [...])
- Es lo normal. -Le acariciaba los cabellos, la línea suave de los hombros, la nuca-. Es tan fácil quererte, tan sencillo. Lo
más sencillo del mundo. Eres bonita, inteligente...
- Pero, ¿qué dices?
- Pues eso, que estás hecha para que te adoren (mal, muy mal, desgraciado, ¿qué te pasa?). Eres un ángel.
Sus cuerpos se tocaron. Teresa seguía con los ojos bajos.
Juan Marsé, Últimas tardes con Teresa
Me niego a corresponder, a representar el papel de esposa de alto status, que esconde su cansancio tras una sonrisa, lleva
la batuta en conversaciones sin fuste, pasa bandejitas y se siente pagada de su trabajera con la típica frase: Has estado
maravillosa, querida.
Carmen Martín Gaite, Nubosidad variable
Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua les subía por las piernas y el vientre y la
cintura. Se detenían, mirándose, y las risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se
agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo mojadas, jadeantes de risa.
Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama
La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de lo habitual. Había pasado una noche confusa, y hacia
el amanecer creyó soñar que un mensajero con antorcha se asomaba a la puerta para anunciarle que el día de la desgracia
había llegado al fin.
Luis Landero, Juegos de la edad tardía
―Entre Antioquia y Sopetrán, en las orillas del río Cauca estaba yo fundando una hacienda. Me acompañaba en calidad de
mayordomo Simón Pérez, que era todo un hombre, pues ya tenía treinta años, y veinte de ellos los habían pasado en lucha
tenaz y bravía con la naturaleza, sin sufrir jamás grave derrota…Un sábado en la noche, después del pago de los peones, nos
quedamos Simón y yo conversando en el corredor
…‖Que pase el aserrador, Jesús del Corral.‖
―Se miró las manos llenas de arañazos. Se miró las piernas flacuchentas y los pies enormes en los zapatos de tenis, (…) y se
avergonzó de sí misma. Un impulso la hizo correr a casa, con el corazón aturdiéndola por el golpeteo sordo de la emoción.
Llegó a su pieza anhelante (…), ardiendo las mejillas, deslumbrados los ojos.‖
―Él no contestó, entraron al bar. Él pidió un whisky con agua; ella pidió un whisky con agua. Él la miró; ella tenía un gorro de
terciopelo negro apretándole la pequeña cabeza; sus ojos se abrían, oscuros, en una zona azul; ella se fijó en la corbata de él,
roja, con las pintas blancas sucias, con el nudo mal hecho.‖

Respuestas

Respuesta dada por: euwalter08
0

Respuesta:

tu profesor te deja mucha tarea


jeffersonguerrero268: y ya me dejo otro archivo
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