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Santa Catalina Labouré nació en Fain-lès-Moutiers, región de la Borgoña, Francia, el 2 de mayo de 1806, hija del granjero Pierre Labouré y de Madeleine Louise Gontard. Fue la novena de once hijos.[1] Su madre murió el 9 de octubre de 1815, cuando Labouré tenía nueve años.[2] La hermana de su padre se ofreció a cuidarla y a su hermana Marie Antoinette (Tonine). Después de que él aceptase, las hermanas se trasladaron a la casa de su tía en Saint-Rémy, un pueblo a 9 km de casa.[3]
Al cumplir los doce años volvió a la granja de su padre y allí fue puesta a cargo de todos los oficios de la cocina y los animales (vacas lecheras, la alimentación de los cerdos y 800 palomas). Cuando tenía catorce años, su hermana María Luisa, ingresa a las Hijas de la Caridad; poco después ella también descubre su llamado al servicio de los pobres en esta congregación. Poco después tiene un sueño en el que un anciano sacerdote la alienta a continuar su llamado en esa dirección. Con la ayuda de uno de sus primos aprendió a leer y a escribir.
Su padre se niega a dejarla partir hacia el convento, ya que sus planes era el de verla casada, así que la envía a París para que trabaje en la cantina de su hermano Charles. Allí ella descubre la miseria de la gente y se propone definitivamente hacerse monja para socorrerlos y darles ánimo en medio de sus terribles penurias. En 1830 su padre aceptó que fuese religiosa pero se negó a pagarle la dote, que fue pagada por su hermano Hubert, un joven teniente.[4]
Entró en la congregación de las Hijas de la Caridad, fundada por san Vicente de Paul. Fue admitida el 21 de abril de 1830 en el Seminario de las Hijas de la Caridad, situado en el número 140 de la calle del Bac en París[4] (al ingresar en aquel convento se encuentra con un retrato idéntico del anciano sacerdote que ella había visto en sus sueños, cuando pregunta de quién se trata esa pintura le dicen que es san Vicente de Paul, fundador de la congregación en la que ella iniciaba su vida religiosa). El 25 de abril asistió al traslado de las reliquias de san Vicente de Paul de la Catedral de Notre Dame a la capilla de la casa madre de la Congregación de la Misión en la calle Sèvres.[4]