• Asignatura: Arte
  • Autor: MeiAkane
  • hace 2 años

Reseña corta del poeta Juan Guinea Díaz ​

Respuestas

Respuesta dada por: frutosemilia28
1

respuesta

"mi dragron"

Tengo un dragón escondido

debajo de mi almohada

con el que juego de noche,

acurrucado en la cama.

Es un dragón chiquitito,

apenas mide una cuarta,

pero tiene unos colmillos

afilados como espadas.

Mira con sus grandes ojos,

encendidos como el fuego,

y su larga cola llega

desde la cama hasta el suelo.

Me gusta jugar con él

a imaginar aventuras

en las que gana el dragón

al héroe de la armadura.

Cuando mi dragón sea grande

yo le abriré la ventana,

para que pueda volar

y llevarme a sus espaldas.

 

*Juan Guinea Diaz

Explicación:

Respuesta dada por: psaray428
1

Respuesta:   Profesor de Educación Infantil desde el curso 2002/03, comenzó a escribir para niños por y para sus propios alumnos.. Se considera a sí mismo más “cuentista” que poeta, ya que piensa que la poesía infantil “es algo muy serio, no valen modas ni extravagancias. A los niños, como aquel que desveló el engaño en “El traje nuevo del emperador”, no se les puede engañar. La poesía infantil tiene que ser sincera, sencilla y directa. Si gusta, gusta; y si no no hay nada que hacer”. Sus libros son también aptos para el público de cualquier edad que valore la sencillez y veracidad de la infancia, sin adornos.

Explicación:  

¿QUÉ PASA CON MIS DIENTES?

Con el dedo suavemente

¡tic, tic! Se le mueve el diente…

¡Pronto se te va a caer!

¡No lo vayas a perder!

Diego anda preocupado,

no quiere ni dar bocado,

vaya a ser que caiga el diente

y lo pierda para siempre.

También siente algo de miedo

y le da cierto recelo

el pensar que entre un ratón

dentro de su habitación.

¿Qué es eso del Ratón Pérez?

¿Todos los dientes los quiere?

¿Y luego qué hace con ellos?

¿Se subirá por mi cuello?

No te preocupes cariño,

le dice la madre al niño,

que yo te cuento la historia

que me la sé de memoria:

«Cuentan que hace muchos años

un juguetero tacaño

se ahorraba mucho dinero

con ratones jornaleros.

Trabajaban día y noche,

hacían muñecas y coches,

construcciones de madera

o el juguete que él quisiera.

Siempre estaban muy cansados…

¡Trabajaban como esclavos!

Pero así los ratoncitos

podían dormir calentitos.

En casa del juguetero

tenían cama, queso y fuego…

Si de trabajar dejaban,

a la calle los echaba.

Pero un buen día hubo un ratón

que buscó otra solución:

Pérez, que así se llamaba

se escapó de madrugada.

Trepando por tuberías

a una casa llegó un día,

y vio a una niña acostada

sobre una blanda almohada.

Tenía un diente escondido

(que se le había caído)

debajo del almohadón:

¡Eureka! Dijo el ratón:

¡Necesito muchos dientes!

Con todos los que me encuentre

construiré casas calientes

para todos mis parientes.

Uno a uno fue cogiendo

los dientes de los pequeños,

dejando bajo la almohada

lo que el niño deseara:

Un juguete, una moneda…

¡Lo que los niños quisieran!

Los conseguía con esmero

en casa del juguetero.

En la ciudad de los dientes

habita con sus parientes

Y gracias al Ratón Pérez

ahora viven como quieren.

Entre los niños deprisa

corrió la buena noticia

Y ninguno se olvidaba

del diente bajo la almohada.

Ratón Pérez todavía

hace casas cada día

con los dientes que los niños

le regalan con cariño.»

Diego se duerme contento

Después de escuchar el cuento.

¿Qué sorpresa habrá mañana

Debajo de su almohada?

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