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Respuesta:
Jesús declara en Mateo 6:24: “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas“.
Hay muchos más ejemplos, pero el punto es este: para sus propósitos, Dios usa tanto a los ricos como a los pobres para Su obra en esta tierra, señalando en 1 Samuel 2:7, “El Señor da la riqueza y la pobreza; humilla, pero también enaltece“.
No obstante, lo que debería preocupar a los ricos es cuán bien luchan contra la tentación de la arrogancia y qué tan bien están usando sus recursos para el bien. 1 Timoteo 6:17 dice: “A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos“. Jesús mismo habla de lo difícil que es para los ricos permanecer desenredados por las trampas de su riqueza, diciendo: “Porque es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para una persona rica entrar al reino de Dios.”