¿En qué momentos el patriotismo de María Parado de Bellido, toma fuerza?
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María Parado de Bellido es recordada por la escritora tacneña Carolina Freyre de Jaimes, en su obra teatral María de Vellido de 1878, con la frase “Yo la escribí”, expresión que a simple vista pudiera no representar nada, pero que representó todo, incluso la vida, para María Parado de Bellido, quien en 1822 prefirió la muerte antes que delatar a los informantes patriotas que luchaban por la independencia del Perú desde las alturas de Huamanga.
María Parado nació y vivió en la actual región de Ayacucho, otrora intendencia de Huamanga, región que pertenecía al Virreinato del Perú. Al igual que muchas otras mujeres de su tiempo, fue educada para el matrimonio y las tareas domésticas. Fue madre de 7 hijos, uno de los cuales, Tomás, ingresó a las guerrillas indígenas lideradas por el patriota Cayetano Quirós que peleaban por la liberación del Perú del dominio español en las sierras de Huamanga. Del mismo modo, su esposo, Mariano Bellido, ingresó a las filas patriotas a inicios de la década de 1820.
Durante esos años, en julio de 1821, el general argentino José de San Martín había proclamado la Independencia del Perú en Lima; sin embargo, esta implicó un periodo de cruentas luchas y conspiraciones por el poder, que parecían no terminar, enfrentando a los peruanos: divididos en dos bandos, los realistas, quienes defendían el mantenimiento del virreinato, y los patriotas, que buscaban la instauración de un gobierno propio. No se tenía la certeza de que la proclamación hecha por San Martín pudiese mantenerse, o si sería una de las tantas promesas libertarias. Los realistas mantenían fuertes ejércitos en la sierra del Perú, el mismo virrey José de la Serna se había trasladado al Cusco, desde donde mantenía el control sobre sus ejércitos y la defensa del virreinato, castigando severamente los actos de rebelión de los patriotas. Faltaba aún consolidar la emancipación. y para muchos era muy probable que los realistas volviesen a tomar el poder en Lima.
En Huamanga, Álvarez de Arenales había proclamado la independencia en noviembre de 1820, tras lo cual, el virrey La Serna, mandó al general realista José Carratalá para recuperarla. Este general inició una cruenta represión contra las distintas fuerzas patriotas del lugar, en especial contra las montoneras, siendo una ellas la comandada por el patriota Cayetano Quirós. Es en este contexto, que toma cuerpo la gesta de María Parado de Bellido en defensa de una incipiente libertad que ni ella misma tenía la convicción de que se consolidaría, ni menos aún la independencia de la misma Huamanga.
María Parado, enterada de uno de los planes de Carratalá para capturar a los rebeldes en Huamanga, decide informar de ello a su esposo e hijo a fin de que pudiesen avisar a su líder y huir todos de su escondite en el pueblo de Quilcamachay. Pese a tener la información, María Parado era analfabeta, así que recurre a la ayuda de uno de sus amigos, Matías Madrid, para escribir la carta. No obstante, este acto terminó siendo un arma letal para ella, ya que los españoles encontraron la misiva.
Los realistas, comandados por José Carratalá, descubrieron que había sido María Parado la informante y ubicándola en su casa, la capturaron y la obligaron a declarar sobre la autoría de la carta, a lo que María Parado, según la tradición que versa sobre ella, decidió atribuirse la culpa. No obstante, al percatarse los realistas de su condición de analfabeta, no le creyeron y la interrogaron nuevamente, prometiéndole la vida a cambio de dar la identidad de sus cómplices, pero ella no reveló ningún nombre, es más soportó las torturas y vejámenes sin vacilar o acobardarse. Su reiterada negativa le valió la condena a ser fusilada en la Pampa del Arco en el año 1822.
Cercanos a conmemorar el bicentenario de su sacrificio, es necesario volver a pensarla y valorar su heroísmo dentro de los límites de una época que no ofrecía mayores canales de actuación para las mujeres y en donde una gesta como la suya hubiese sido impensable en una mujer. Ella se atrevió a informar a su esposo e hijo, y con ello, a todos los montoneros que los acompañaban, de los movimientos de las tropas realistas de José Carratalá, poniendo en juego su propia vida; con lo que se pudo salvar las vidas de estos valerosos hombres que también luchaban por terminar con los abusos coloniales.
Carolina Freyre de Jaimes recrea perfectamente estos últimos episodios en la vida de María Parado de Bellido en su obra teatral María de Vellído, resaltando su heroicidad y convicción, poniendo en los labios de su personaje la tan certera frase: “Yo la escribí”, expresión con la que las siguientes generaciones pasaron a recordar a esta insigne heroína peruana.
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