Respuestas
Para poder estudiar la población es necesario que alguien recoja los datos. Pero esa necesidad es relativamente moderna. Sólo en el siglo XX se han podido realizar censos fiables, y además con los datos que nos interesa estudiar.
El estudio de la población antigua se hace por medio de fuentes indirectas. Cuando las poblaciones estudiadas son muy antiguas se hace una suposición: la densidad demográfica óptima, para poder vivir en un territorio. Si se encuentra un poblado se cuentan los «fuegos» o casas y se calcula que cada familia tendría cuatro, cinco y hasta siete miembros. Pero no es hasta el Concilio de Trento (1545-1563) cuando alguien, la Iglesia, se dedica a anotar sistemáticamente los acontecimientos relativos a la gente: nacimientos, bautizos, matrimonios, defunciones, etc. Son datos muy válidos para estudiar la población pero no siempre son los datos que nos interesan.