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Respuesta: En cualquier caso, partimos del hecho de que lo realmente importante en nuestra labor es la filosofía y en ella el filosofar, o lo que es lo mismo, la actividad que hace vivas nuestras tareas. Una de ellas, en nuestra facultad, ha sido designada con el nombre de Historia de la filosofía.
A partir de las realizaciones de la filosofía en el S. XIX se había llegado a creer que la Historia de la Filosofía era filosofía, pero esto hoy está en entredicho y se ha llegado a pensar que ocuparse de ella no es necesario e, incluso, es una pérdida de tiempo; que más vale dedicarse a los denominados problemas filosóficos de alguna disciplina de la filosofía, a saber: epistemología, ética, filosofía del lenguaje, estética, filosofía política, filosofía de la mente, etc. En muchas partes, la asignatura designada con este nombre ha desaparecido. Sin embargo, aún en su destierro, esta ocupación no deja de estar presente pues, tarde o temprano, quizás por una costumbre inveterada, nos referimos al pasado de la filosofía, algo que suele ser reprochado desde el sentido común: ¿por qué ir al pasado con todos los problemas del presente? En ello hay razón. Rememorar algo tan solo para observar su carácter venerable y darle un adiós respetuoso no es, en definitiva, decente, ni, menos aún, útil. Hay una esperanza cuando caemos en la cuenta de que en filosofía la historia del problema hace parte del problema, aunque se haga con un fin regulativo: es tan satisfactorio saber que otros han planteado los problemas y que actualmente nos encontramos en una mejor disposición para plantearlos y resolverlos. Esta satisfacción, sin embargo, se convierte en decepción cuando observamos que hacer tal cosa es algo puramente formal, pues se vuelve a quedar en la misma situación que antes de emprender la "indagación histórica".
Explicación: espero que te sirva :)