Respuestas
Respuesta:
Al igual que su futuro némesis Castro, Fulgencio Batista llegó al poder gracias a un golpe de Estado. Esto fue en 1952, cuando Batista –quien había sido un actor de poder importante en la política cubana durante décadas– se presentó como candidato en una elección general. Al estadista en tercer lugar en las encuestas, un descontento Batista decidió tomar medidas más directas y lanzó un golpe militar, instalándose como dictador de Cuba.
'[BATISTA] CONVIRTIÓ A LA CUBA DEMOCRÁTICA EN UN ESTADO POLICIAL COMPLETO,
Todo lo cual era completamente exacto. Batista se deleitó con la gloria y las riquezas del poder, dando la bienvenida a la inversión extranjera hasta el punto en que Estados Unidos llegó a poseer casi todas las minas y servicios públicos de Cuba, así como el 40% de su súper lucrativa industria azucarera. Los propios trabajadores cubanos estaban oprimidos por las duras condiciones y los bajos salarios, y en palabras del historiador Louis Pérez, "la vida cotidiana se había convertido en una degradación implacable, con la complicidad de líderes políticos y funcionarios públicos que operaban a instancias de los intereses estadounidenses".
Batista contrarrestado el resentimiento a fuego lento tomando medidas enérgicas contra la prensa y torturando y matando a los rebeldes. Incluso algunos políticos estadounidenses estaban horrorizados – incluido el senador John F. Kennedy, quien más tarde se enfrentaría al sucesor de Batista, Castro.
'[Batista] convirtió a la Cuba democrática en un estado policial completo', dijo Kennedy. 'Sin embargo, nuestra ayuda a su régimen, y la ineptitud de nuestras políticas, permitieron a Batista invocar el nombre de los Estados Unidos en apoyo de su reinado de terror'.
Batista también forjó estrechas amistades con algunos de los mafiosos más notorios de los Estados Unidos, incluido Meyer Lansky, a quien en realidad puso en una nómina cubana, contratando efectivamente al capo del crimen para convertirse en el ministro de juegos de azar de la nación. Lansky y sus compinches del hampa recaudaron millones de casinos y hoteles en las 'Latinas Las Vegas', un fenómeno que inspiraría una historia clave en El Padrino Parte II (Hyman Roth, el adversario de Michael Corleone en esa película, se basó directamente en Lansky).
ASCENSO DE UN NUEVO HOMBRE FUERTE
Mientras Batista y las élites súper ricas dominaban a una Cuba cada vez más desesperada y dividida, un movimiento rebelde estaba en aumento. Su líder era Fidel Castro, un ex abogado convertido en revolucionario marxista que reclutó a jóvenes rebeldes enojados de las comunidades más pobres y marginadas de Cuba. Castro estaba absolutamente comprometido con un levantamiento armado, y en julio de 1953 dirigió una incursión en el cuartel del ejército moncada en la segunda ciudad más grande de Cuba.
Se convirtió en un fiasco empapado de sangre, con numerosos rebeldes y soldados muertos a tiros en el tiroteo, y el propio Castro finalmente capturado y sometido a juicio. Pronunció cuatro discursos para justificar sus acciones, llamando a Batista un "tirano miserable" y terminando con las palabras "Condenenme. No importa. La historia me absolverá».
Castro fue condenado a 15 años por el ataque al cuartel, pero fue liberado en 1955 después de ser considerado ya no una amenaza seria para el régimen. Este fue un desconcertante error de cálculo por parte del gobierno de Batista, ya que Castro pudo reunir sus fuerzas y planear una guerra de guerrillas con la ayuda de un nuevo recluta clave para su causa: un joven médico convertido en revolucionario llamado Che Guevara. Su asociación resultó decisiva para llevar a los rebeldes en una guerra de desgaste contra las fuerzas de Batista, con Guevara ganando una reputación de crueldad acerada y brillantez estratégica. Castro, por su parte, fue entrevistado por periodistas extranjeros, convirtiéndose en un chico de cartel para el celo revolucionario.
Después de años de lucha desesperada y amarga en las zonas rurales de Cuba, Batista se dio cuenta de que el juego había terminado. En la víspera de Año Nuevo de 1958, decidió que era hora de huir del país, llevando consigo a su familia y a sus principales ministros, junto con cientos de millones de dólares. El otrora líder supremo de Cuba moriría en el exilio en España en 1973. Castro, por su parte, viviría muchas décadas más, comportándose como un hombre fuerte autocrático por derecho propio y generando debates sobre su legado que aún continúan hoy en día.