Respuestas
La cultura, su diversidad, el modo en que la gente vive, trabaja,
se relaciona, ama, sueña y crea son, conforme pasan los años,
reconocidos en el mundo entero como pilares del desarrollo
humano. Ya no es posible trazar una línea única de progreso, ni
sostener una idea de civilización que no valore los aportes de
pueblos o coloque al margen tradiciones, saberes y memorias
complejas. En plena era de la globalización, las diferencias
culturales se muestran en todo su potencial, enriqueciendo
nuestras sociedades, sus intercambios y los proyectos de futuro
que estas albergan.
El Perú ha tenido una convivencia tensa con su diversidad. La ha negado por largo tiempo, generando situaciones de
exclusión que nos cuesta superar. Sin embargo, en los últimos
años un conjunto de medidas importantes buscan superar estas
debilidades. Se combate el racismo, se promueve el enfoque intercultural en la gestión, se revaloran las lenguas, se protegen los
derechos colectivos, se visibiliza lo que antes fue poco valorado.
El Ministerio de Cultura se ubica, desde hace pocos años de su
reciente creación, como un actor con responsabilidades claras
y promotor de una gestión pública a la altura de estos desafíos.
En este marco es que presentamos la serie “Diversidad
Cultural”, que tiene la pretensión del largo aliento. Esta quiere
dar continuidad a tradiciones editoriales estatales que en su
Presentación
7
momento animaron tanto el espacio académico como el político, como las que en su momento impulsó la Casa de la Cultura
y el Instituto Nacional de Cultura.
La idea es hacer más denso el espacio para la reflexión,
pues siendo tan grande los desafíos, es el debate lo que puede
generar aproximaciones a los problemas más afinados, agudos
y rigurosos. La gestión pública, sobre todo en el campo social
y cultural, no es un ejercicio solo técnico; requiere sostenerse
en una red de intercambios y argumentos cada vez más sólidos,
nunca fijos o finales y siempre atentos a la renovación a nuevas
miradas y enfoques.
Por ello esta serie. Buscamos que a partir del rescate de
breves piezas, fundamentales en la discusión de nuestra historia reciente; así como de materiales más actuales pero agudos
y novedosos, estudiantes, funcionarios e intelectuales cuenten
con un incentivo para el ejercicio de una ciudadanía reflexiva
y crítica. Aproximar lo público y lo académico no es una tarea
accesoria, sino una necesidad para fortalecer la gestión pública,
y por esta vía, garantizar derechos y enriquecer y profundizar
nuestra democracia.
P