• Asignatura: Arte
  • Autor: flm93
  • hace 9 años

¿Cual es el tema del poema "la muerte del mayor sabines?

Respuestas

Respuesta dada por: moalosma2010
3
I

Mientras los niños crecen, tú, con todos los muertos, 
poco a poco te acabas. 
Yo te he ido mirando a través de las noches 
por encima del mármol, en tu pequeña casa. 
Un día ya sin ojos, sin nariz, sin orejas, 
otro día sin garganta, 
la piel sobre tu frente agrietándose, hundiéndose, 
tronchando obscuramente el trigal de tus canas. 
Todo tú sumergido en humedad y gases 
haciendo tus desechos, tu desorden, tu alma, 
cada vez más igual tu carne que tu traje, 
más madera tus huesos y más huesos las tablas. 
Tierra mojada donde había tu boca, 
aire podrido, luz aniquilada, 
el silencio tendido a todo tu tamaño 
germinando burbujas bajo las hojas de agua. 
(Flores dominicales a dos metros arriba 
te quieren pasar besos y no te pasan nada.)


II 

Mientras los niños crecen y las horas nos hablan 
tú, subterráneamente, lentamente, te apagas. 
Lumbre enterrada y sola, pabilo de la sombra, 
veta de horror para el que te escarba. 

¡Es tan fácil decirte "padre mío" 
y es tan difícil encontrarte, larva 
de Dios, semilla de esperanza! 

Quiero llorar a veces, y no quiero 
llorar porque me pasas 
como un derrumbe, porque pasas 
como un viento tremendo, como un escalofrío 
debajo de las sábanas, 
como un gusano lento a lo largo del alma. 

¡Si sólo se pudiera decir: "papá, cebolla, 
polvo, cansancio, nada, nada, nada"!
¡Si con un trago te tragara! 
¡Si con este dolor te apuñalara! 
¡Si con este desvelo de memorias 
—herida abierta, vómito de sangre—
te agarrara la cara! 

Yo sé que tú ni yo, 
ni un par de valvas, 
ni un becerro de cobre, ni unas alas 
sosteniendo la muerte, ni la espuma 
en que naufraga el mar, ni —no— las playas, 
la arena, la sumisa piedra con viento y agua, 
ni el árbol que es abuelo de su sombra, 
ni nuestro sol, hijastro de sus ramas, 
ni la fruta madura, incandescente, 
ni la raíz de perlas y de escamas, 
ni tu tío, ni tu chozno, ni tu hipo, 
ni mi locura, y ni tus espaldas, 
sabrán del tiempo obscuro que nos corre 
desde las venas tibias a las canas. 

(Tiempo vacío, ampolla de vinagre, 
caracol recordando la resaca.) 

He aquí que todo viene, todo pasa, 
todo, todo se acaba. 
¿Pero tú? ¿pero yo? ¿pero nosotros? 
¿para qué levantamos la palabra? 
¿de qué sirvió el amor? 
¿cuál era la muralla 
que detenía la muerte? ¿dónde estaba 
el niño negro de tu guarda? 

Ángeles degollados puse al pie de tu caja, 
y te eché encima tierra, piedras, lágrimas, 
para que ya no salgas, para que no salgas.


III 

Sigue el mundo su paso, rueda el tiempo 
y van y vienen máscaras. 
Amanece el dolor un día tras otro, 
nos rodeamos de amigos y fantasmas, 
parece a veces que un alambre estira 
la sangre, que una flor estalla, 
que el corazón da frutas, y el cansancio 
canta. 

Embrocados, bebiendo en la mujer y el trago, 
apostando a crecer como las plantas, 
fijos, inmóviles, girando 
en la invisible llama. 
Y mientras tú, el fuerte, el generoso, 
el limpio de mentiras y de infamias, 
guerrero de la paz, juez de victorias 
—cedro del Líbano, robledal de Chiapas—
te ocultas en la tierra, te remontas 
a tu raíz obscura y desolada. 


IV 

Un año o dos o tres, 
te da lo mismo. 
¿Cuál reloj en la muerte?, ¿qué campana 
incesante, silenciosa, llama y llama? 
¿qué subterránea voz no pronunciada? 
¿qué grito hundido, hundiéndose, infinito 
de los dientes atrás, en la garganta 
aérea, flotante, pare escamas? 

¿Para esto vivir? ¿para sentir prestados 
los brazos y las piernas y la cara, 
arrendados al hoyo, entretenidos 
los jugos en la cáscara? 
¿para exprimir los ojos noche 
a noche en el temblor obscuro de la cama, 
remolino de quietas transparencias, 
descendimiento de la náusea? 

¿Para esto morir? 
¿para inventar el alma, 
el vestido de Dios, la eternidad, el agua 
del aguacero de la muerte, la esperanza? 
¿morir para pescar? 
¿para atrapar con su red a la araña? 

Estás sobre la playa de algodones 
y tu maea de sombras sube y baja.




Mi madre sola, en su vejez hundida, 
sin dolor y sin lástima, 
herida de tu muerte y de tu vida. 

Esto dejaste. Su pasión enhiesta, 
su celo firme, su labor sombría. 
Árbol frutal a un paso de la leña, 
su curvo sueño que te resucita. 
Esto dejaste. Esto dejaste y no querías. 

Pasó el viento. Quedaron de la casa 
el pozo abierto y la raíz en ruinas. 
Y es en vano llorar. Y si golpeas 
las paredes de Dios, y si te arrancas 
el pelo o la camisa, 
nadie te oye jamás, nadie te mira. 
No vuelve nadie, nada. No retorna 
el polvo de oro de la vida. 

espero te sirva.........

applelandia: Espero que descanses :'v
vladfilth: el tema es la muerte.
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