Desde esta mañana, también me gusta mi nuevo maestro.
Durante la entrada, mientras él se instalaba en su sitio, se asomaban de vez en cuando a la puerta varios de sus
discípulos del año anterior para saludarlo:
—Buenos días, señor Perboni. Buenos días, señor maestro.
Algunos entraban, le tomaban la mano y escapaban. Se veía que lo querían mucho y que habrían deseado seguir
con él. Él les contestaba:
—Buenos días —y les estrechaba la mano, pero sin mirar a ninguno; durante cada saludo se mantenía serio, con
su arruga en la frente, vuelto hacia la ventana, contemplando el tejado de la casa vecina, y en lugar de alegrarse
de aquellos saludos, se adivinaba que le daban pena. Después nos miraba, uno tras otro, con mucha atención.
Empezó a dictar, paseando entre los bancos, y al ver a un chico que tenía la cara muy enrojecida y con unos
granitos, dejó de dictar, le tomó la barbilla y le preguntó qué tenía, tocándole la frente para ver si tenía fiebre.
En ese momento un chico se puso de pie y empezó a bufonear a espaldas de él. Se volvió de pronto, como si lo
hubiera adivinado, y el muchacho se sentó y esperó el castigo, con la cabeza baja y encarnado como la grana.
El maestro se acercó a él, le posó la mano sobre la cabeza y le dijo:
—No lo vuelvas a hacer.
No dijo más. Se dirigió a la mesa y acabó de dictar. Cuando concluyó, nos miró unos instantes en silencio, y con
voz lenta y, aunque ronca, agradable, empezó a decir:
—Escuchad: tendremos que pasar juntos un año. Procuremos pasarlo lo mejor posible. Estudiad y sed buenos.
Yo no tengo familia. Vosotros sois mi familia. El año pasado todavía tenía a mi madre: se me ha muerto. Me he
quedado solo. No os tengo más que a vosotros en el mundo; no poseo otro afecto ni otro pensamiento. Debéis
ser mis hijos. Os quiero bien, y debéis pagarme con la misma moneda. Deseo no castigar a ninguno. Demostrad
“Año del Bicentenario del Perú 200 años de Independencia”
Experiencia de aprendizaje N° 05: Construyo mi comunidad a partir del Bicentenario
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EXPERIENCIA
DE LECTURA :
que tenéis corazón; nuestra escuela será una familia, y vosotros mi consuelo y mi orgullo. No os pido que lo
prometáis de palabra, porque estoy seguro de que en el fondo de vuestras almas ya lo habéis prometido, y os lo
agradezco.
En aquel momento apareció el bedel a dar la hora. Todos abandonamos los bancos, despacio y silenciosos. El
muchacho de las piruetas se aproximó al maestro y le dijo con voz temblorosa:
—¡Perdóneme usted!
El maestro lo besó en la frente y le dijo:
—Bien, bien; anda, hijo mío.
¿De qué trata el texto?
Este texto es un fragmento de la obra “Corazón” ¿Por qué crees que lleva este título la obra?
¿Quién es el escritor de la obra? ¿De qué país es?
¿Qué mensaje crees que desee transmitir el maestro a sus alumnos?
¿Qué recuerdo o anécdota hermosa guardas de tus maestras o maestros?
gasparclaudio201085:
ayuda porfaa
Respuestas
Respuesta dada por:
1
Respuesta:
Sii oooooooooooooooooooooooo
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