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Respuesta:
no son antiguos de israel
Respuesta:
La democracia israelí es una fuente -simultáneamente y en casi la misma medida- de orgullo y frustración. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Los israelíes están orgullosos de que su país sea la única democracia auténtica y operativa en Oriente Próximo, una región dominada por regímenes represivos y dictatoriales. Es una democracia que ha sobrevivido a guerras repetidas y que, con un ejército de reclutas y un formidable aparato militar, permanece en pie de guerra. Es una democracia en la que el estado de derecho es tan fuerte que incluso un presidente (Moshe Katsav) o un primer ministro (Ehud Olmert) pueden ser acusados (por violación y soborno, respectivamente). Por otra parte, el extraño sistema electoral israelí y los partidos políticos fraccionados prácticamente garantizan que el gobierno será una coalición de partidos políticos muy diferentes con una gran probabilidad de que al menos uno de ellos sea nacionalista o ultra-religioso con una influencia desproporcionada en el gobierno. Esto hace que gobernar y legislar -incluso negociar más con los palestinos- sea muy difícil, de modo que, por término medio, los gobiernos israelíes duran solo la mitad de su mandato permitido (dos años en lugar de cuatro).
Explicación:
La situación de la religión en Israel es singular: se trata del único país del mundo donde la mayor parte de la población es de religión judía. El cristianismo y el islam cuentan también con importante presencia de fieles entre la ciudadanía israelí. Además, existe también otras minorías religiosas como los drusos y los bahaístas. Israel concentra numerosos lugares sagrados de las tres grandes religiones monoteístas y reconoce la libertad religiosa, permitiendo a los peregrinos de todo el mundo el libre acceso a los lugares santos.
De acuerdo con la Oficina Central de Estadísticas de Israel (2005) el 76,1% de la población es judía, el 16,2% musulmana, el 2,1% cristiana y el 1,9% drusa. Un 3,9% de la población no se clasifica en ninguna religión.