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Humanización del mono por el trabajo
Con este título Federico Engels, expuso la doctrina marxista sobre el origen y evolución del hombre. Este trabajo fue escrito en 1876. Se publicó por primera vez en lengua alemana en 1896. Darwin probó que el hombre tiene su origen en el mundo animal y aclaró este problema en sus aspectos biológicos. Pero aun no existía una solución completa y correcta de dicho problema, por cuanto no estaba resuelto el aspecto sociológico. Esta solución la da Engels. Aceptando la tesis de las ciencias naturales avanzadas acerca de que el hombre tiene su origen en el mundo animal, Engels concentra su interés en el problema de las leyes sociales que condicionan el nacimiento del hombre. El factor fundamental en la humanización del mono fue el trabajo, la actividad productiva, aquello que distingue al hombre del mono y que es inherente sólo al hombre. Engels dice: “el trabajo ha creado por sí al hombre”. La transición del mono al hombre se operó sobre ciertas premisas, de las cuales las decisivas fueron el paso de los antepasadas antropoides del hombre a la marcha erguida y la liberación de las extremidades delanteras. Pero las extremidades delanteras de nuestros antepasados tenían únicamente facultades para las operaciones más sencillas llegando a convertirse en manos humanas sólo como resultado del trabajo que a lo largo de muchos milenios iba perfeccionándolas. “Así, la mano no es sólo el árgano del trabajo; es también su producto”, dice Engels. El desarrollo de las manos provocado por el trabajo ejerció su influencia sobre todo el organismo. Una importancia especial tuvo el creciente desarrollo del cerebro que se efectuó bajo la influencia del trabajo y del lenguaje articulado. Pero la palabra, a su vez, debe también su aparición al trabajo. Precisamente en el proceso del trabajo, “los hombres en formación llegaron al punto en que tenían algo que decirse”. El desarrollo del cerebro y el sincrónico “perfeccionamiento de sus instrumentos más inmediatos: los ‘órganos de los sentidos’, ejercieron a su vez una poderosa influencia recíproca sobre los progresos del trabajo y del lenguaje”. En la “época de transición del mono al hombre”, tuvo la mayor importancia, como lo señala Engels, el carácter gregario de nuestros antepasados. Con la aparición del “hombre hecho” la horda se convierte en sociedad, elemento que ejerce una enorme influencia sobre el proceso del desarrollo del hombre. “¿Y qué volvemos a encontrar como diferencia característica entre la tropa de monos y el género humano?: El trabajo”. Engels define el trabajo como la actividad específica del hombre. “El trabajo comienza con la confección de herramientas”. La confección y el uso de herramientas tuvo una importancia extraordinaria para todo el desarrollo posterior del hombre, proporcionándole la posibilidad de vivir en las condiciones naturales más variadas. El animal sólo es capaz de aprovechar la Naturaleza. El hombre, en cambio, con la ayuda de las herramientas produce, somete la Naturaleza a sus fines. Se adapta a la Naturaleza mediante la transformación de sus órganos artificiales, los instrumentos de producción. El crecimiento de las fuerzas productivas –los instrumentos de producción–, he aquí lo que determina el desarrollo del hombre y de la sociedad. Engels esboza brevemente el camino recorrido por este desarrollo, y prueba que el hombre, gracias al trabajo, obtiene el dominio sobre la Naturaleza, entiende sus leyes, aprende a prever de antemano los lejanos efectos naturales de su actividad productiva. “Y ésta es la diferencia esencial y decisiva entre el hombre y los demás animales, y es a su vez el trabajo el que determina esta diferencia”. Pero en las condiciones de la estructura clasista de la sociedad, los hombres no pueden prever los efectos sociales de su actividad. En la sociedad dividida en clases, la producción está sometida a leyes económicas espontáneas; las cosas producidas por los hombres imperan sobre sus creadores. Engels llega a la conclusión de que para alcanzar luego del dominio sobre las fuerzas de la Naturaleza el dominio sobre los productos de su propia actividad, para pasar del reino de la necesidad, propio del mundo animal, al de la libertad, los hombres necesitan destruir el modo antagónico de producción, sustituirlo por un modo socialista. El trabajo de Engels que expone la teoría marxista sobre el origen del hombre, refuta completamente todas las teorías religiosas e idealistas sobre este importante problema. Escrita de una manera muy sencilla y al mismo tiempo extraordinariamente profunda, uniendo el material práctico más amplio en una síntesis de enorme fuerza teórica, esta obra constituye una de las más importantes de la literatura marxista clásica.