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Respuesta dada por:
1
Una pequeña semilla crece hasta convertirse en un gran arbusto. La llegada del reino de Dios es inevitable; por consiguiente, no hay necesidad de que nos desanimemos o impacientemos por su llegada. Una vez más, se reitera que el reino es ya una realidad lo suficientemente presente como para describirse mediante la analogía de la semilla que crece, aunque queda claro que es Dios quien la hace crecer.
evcoashleytamayo:
Gracias
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