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Las pirámides de México
Justo en el corazón de la Ciudad de México se puede visitar el Templo Mayor de los aztecas. Aunque no hay ninguna pirámide a la vista, todavía se aprecian los restos de una estructura piramidal que constituyó los cimientos del Templo Mayor. Los arqueólogos han desenterrado dos altares sobre los que se realizaban sacrificios humanos.
Las pirámides de Chichén Itzá están entre las más visitadas del país. Si bien en la región maya abundan las ruinas arqueológicas, las de Chichén Itzá son las más accesibles debido a su cercanía con la ciudad de Mérida (Yucatán). A pesar de encontrarse en territorio maya, las edificaciones revelan que hubo un período en que los toltecas ejercieron su influencia por estas regiones. Algunas estructuras dejan entrever el avanzado conocimiento matemático y astronómico de los constructores.
En Palenque, los visitantes descubrirán un impresionante conjunto de construcciones mayas rodeadas por la selva de Chiapas. Entre las muchas pirámides y otras edificaciones están el Palacio y el Templo de las Inscripciones. Este último es “una de las pirámides más famosas del mundo mesoamericano, ya que no fue sólo basamento para un templo, como las demás pirámides, sino un monumento funerario —explica el libro Los mayas. 3000 años de civilización—, pues en su interior tiene una escalera abovedada que conduce a la cripta más suntuosa hallada en el área maya”. Dicha tumba fue construida para un gobernante que vivió en el siglo VII: Pacal o Uoxoc Ahau.
Hemos mencionado solo algunas de las pirámides de México, pero en muchos otros lugares del país pueden hallarse más ruinas y pirámides. En Guatemala y Honduras también existen enormes pirámides. Todas esas construcciones antiguas dejan ver que los habitantes de Mesoamérica querían terrenos elevados para edificar sus lugares de adoración. Walter Krickeberg, autor del libro Las antiguas culturas mexicanas, escribió: “La costumbre de construir los templos sobre una base escalonada se remonta a un antiguo culto de la altura”. Y añade: “Mientras que nosotros consideramos el cielo como una ‘bóveda’, éste representa para otros pueblos una montaña, por la cual el sol asciende en la mañana y baja en la tarde, de manera que sus pendientes se escalonan como las de un gigantesco edificio. De este modo, el ‘monte artificial’ [...] se transformó en pirámide escalonada, y se convirtió en un símbolo del cielo entre muchos pueblos de Mesoamérica”.
Tal concepto quizás recuerde a los estudiantes de las Escrituras el relato bíblico de la Torre de Babel, situada en una ciudad que después se llamó Babilonia. Génesis 11:4 declara sobre los constructores de dicha torre: “Entonces dijeron: ‘¡Vamos! Edifiquémonos una ciudad y también una torre con su cúspide en los cielos, y hagámonos un nombre célebre’”. No muy lejos de las ruinas de Babilonia, los arqueólogos han descubierto estructuras piramidales conocidas como zigurats.
La forma de adoración que se originó en Babilonia se dispersó a muchas partes del mundo, hasta incluir quizás la región que hoy día se conoce como México. No sorprendería descubrir que los zigurats de Babilonia, así como la religión que allí se practicaba, fueran el prototipo de las misteriosas e impresionantes pirámides de México.
gracias!!!
Justo en el corazón de la Ciudad de México se puede visitar el Templo Mayor de los aztecas. Aunque no hay ninguna pirámide a la vista, todavía se aprecian los restos de una estructura piramidal que constituyó los cimientos del Templo Mayor. Los arqueólogos han desenterrado dos altares sobre los que se realizaban sacrificios humanos.
Las pirámides de Chichén Itzá están entre las más visitadas del país. Si bien en la región maya abundan las ruinas arqueológicas, las de Chichén Itzá son las más accesibles debido a su cercanía con la ciudad de Mérida (Yucatán). A pesar de encontrarse en territorio maya, las edificaciones revelan que hubo un período en que los toltecas ejercieron su influencia por estas regiones. Algunas estructuras dejan entrever el avanzado conocimiento matemático y astronómico de los constructores.
En Palenque, los visitantes descubrirán un impresionante conjunto de construcciones mayas rodeadas por la selva de Chiapas. Entre las muchas pirámides y otras edificaciones están el Palacio y el Templo de las Inscripciones. Este último es “una de las pirámides más famosas del mundo mesoamericano, ya que no fue sólo basamento para un templo, como las demás pirámides, sino un monumento funerario —explica el libro Los mayas. 3000 años de civilización—, pues en su interior tiene una escalera abovedada que conduce a la cripta más suntuosa hallada en el área maya”. Dicha tumba fue construida para un gobernante que vivió en el siglo VII: Pacal o Uoxoc Ahau.
Hemos mencionado solo algunas de las pirámides de México, pero en muchos otros lugares del país pueden hallarse más ruinas y pirámides. En Guatemala y Honduras también existen enormes pirámides. Todas esas construcciones antiguas dejan ver que los habitantes de Mesoamérica querían terrenos elevados para edificar sus lugares de adoración. Walter Krickeberg, autor del libro Las antiguas culturas mexicanas, escribió: “La costumbre de construir los templos sobre una base escalonada se remonta a un antiguo culto de la altura”. Y añade: “Mientras que nosotros consideramos el cielo como una ‘bóveda’, éste representa para otros pueblos una montaña, por la cual el sol asciende en la mañana y baja en la tarde, de manera que sus pendientes se escalonan como las de un gigantesco edificio. De este modo, el ‘monte artificial’ [...] se transformó en pirámide escalonada, y se convirtió en un símbolo del cielo entre muchos pueblos de Mesoamérica”.
Tal concepto quizás recuerde a los estudiantes de las Escrituras el relato bíblico de la Torre de Babel, situada en una ciudad que después se llamó Babilonia. Génesis 11:4 declara sobre los constructores de dicha torre: “Entonces dijeron: ‘¡Vamos! Edifiquémonos una ciudad y también una torre con su cúspide en los cielos, y hagámonos un nombre célebre’”. No muy lejos de las ruinas de Babilonia, los arqueólogos han descubierto estructuras piramidales conocidas como zigurats.
La forma de adoración que se originó en Babilonia se dispersó a muchas partes del mundo, hasta incluir quizás la región que hoy día se conoce como México. No sorprendería descubrir que los zigurats de Babilonia, así como la religión que allí se practicaba, fueran el prototipo de las misteriosas e impresionantes pirámides de México.
gracias!!!
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