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Respuesta:
ExplicacióTantos días llevo despertando llamándome Fabiani, que a menudo olvido quién soy en
realidad.
Sin embargo, por debajo del nuevo nombre, que no sólo vive en labios de los demás y
en la superficie de los espejos, sino en cierto documento que guardo en un escriño
lacado, justo a la altura del corazón, algo subsiste todavía de la vieja calavera con que
un lejano febrero de 1960 vine al mundo, y en ocasiones, casi por sorpresa, como si
descubriera a un intruso dormitando entre las sedas de su alcoba, Fabiani se ruboriza al
atarse los cordones de los zapatos con un gesto que no es suyo, sino que pertenece al
otro, a Jofra, el primer y legítimo morador de esta prisión.
Anoche mismo, mientras me sacaba la camisa por la cabeza, comprendí que ese acto
resultaba inapropiado para el Fabiani que ahora reina en mi carne, un hombre que
desabotona sus camisas sosegadamente, como si estuviera componiendo música, pero
que era plausible en el Jofra que quedó olvidado a ocho mil kilómetros de distancia, al
otro lado del océano.
Incluso María Alicia me supo distinto, pues mirando los brazos que aleteaban por
encima de la cabeza, como pájaros atrapados en una danza confusa, anunció con más
sorpresa que reproche en la voz:
-Jamás te había visto con tanta prisa por tumbarme en la cama.
Así que cuidado. Nadie debe sospechar que, bajo la piel de Fabiani, aún respira un poco
de Jofra. Ellos no me lo perdonarían.n: es mucho pero ok xd
no se si es esa pero es lo que sale en el cuento