• Asignatura: Castellano
  • Autor: salvaroc0809
  • hace 2 años

Poema de enojo largo


virginiaacosta306: hola!
lauralema87: tengo una imagen pero no me deja responderte
salvaroc0809: .__.
salvaroc0809: a sos retroll xD

Respuestas

Respuesta dada por: aldanabustam01
1

Un lunes a las cuatro horas,

ya después de mediodía,

ese duque de Berganza

con la duquesa reñía;

lleno de muy grande enojo,

de aquesta suerte decía:

-Traidora sois, la duquesa,

traidora, fementida.

La duquesa muy turbada,

de esta suerte respondía:

-No soy yo traidora, el duque,

ni en mi linaje lo había,

nunca salieron traidores

de la casa do venía.

Yo me lo merezco, el duque,

en venirme de Castilla,

para estar en vuestra casa

en tan mala compañía.

El duque con grande enojo

la espada sacado había;

la duquesa con esfuerzo

en un punto a ella se asía.

-Suelta la espada, duquesa,

cata que te cortaría.

-No podéis cortar más, duque,

harto cortado me había.

Viéndose en este aprieto,

a grandes voces decía:

-Socorredme, caballeros,

los que truje de Castilla.

Quiso la desdicha suya

que ninguno parecía,

que todos son portugueses

cuantos en la sala había.

Respuesta dada por: belgicachaquinga14
1

Respuesta:

Romance de la duquesa de Berganza

-- de Anónimo --

Un lunes a las cuatro horas,

ya después de mediodía,

ese duque de Berganza

con la duquesa reñía;

lleno de muy grande enojo,

de aquesta suerte decía:

-Traidora sois, la duquesa,

traidora, fementida.

La duquesa muy turbada,

de esta suerte respondía:

-No soy yo traidora, el duque,

ni en mi linaje lo había,

nunca salieron traidores

de la casa do venía.

Yo me lo merezco, el duque,

en venirme de Castilla,

para estar en vuestra casa

en tan mala compañía.

El duque con grande enojo

la espada sacado había;

la duquesa con esfuerzo

en un punto a ella se asía.

-Suelta la espada, duquesa,

cata que te cortaría.

-No podéis cortar más, duque,

harto cortado me había.

Viéndose en este aprieto,

a grandes voces decía:

-Socorredme, caballeros,

los que truje de Castilla.

Quiso la desdicha suya

que ninguno parecía,

que todos son portugueses

cuantos en la sala había

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