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Respuesta:
Artesanía digital: fabricación, uso, contexto.
Productos tecnológicos. Implantación de nuevas tecnologías
que permiten al producto adquirir características distintivas y
tecnologías integradas en productos culturalmente reconocibles.
El desarrollo de las tecnologías aditivas y de control numérico
están aumentando de forma muy significativa la flexibilidad
de la producción, permitiendo fabricar en serie productos
personalizados (mass customization). Si bien en un principio se
pensó que ello podría representar la puntilla para la producción
artesanal, la evolución observada apunta en la dirección
contraria. Su progresivo abaratamiento, junto con el desarrollo
de unas empresas auxiliares a las que se pueden subcontratar,
están abriendo un mundo de nuevas oportunidades para la
artesanía creativa, al permitir realizar tareas más complejas o
combinando diferentes tipos de materiales, de una forma más
rápida, sencilla y barata.
Desde la década de los 80 se han producido importantes
avances en los sistemas virtuales de modelado, CAD-CAM
y de prototipado. En estos momentos ya existen impresoras
3D capaces de fabricar objetos a partir de diseños digitales
mucho más asequibles que hace veinte años. A su vez, la
tendencia del fabbing (VON DER GRACHT, 2008), la producción
personalizada de objetos tridimensionales, es ya en estos
momentos una realidad. La popularización de este tipo de
tecnologías está revolucionando la fabricación y distribución
de objetos de todo tipo.
En ese contexto están surgiendo los fablabs, laboratorios al
servicio de creativos, que permiten reducir bastante los costes
de producción y generalizar el acceso a nuevas tecnologías.
Una de las debilidades de estos sistemas es que influirán en
la reducción de la huella del creativo (minimización del uso
de recursos físicos y reducción de tiempo de desarrollo) e
incrementarán el diseño y fabricación rápida de objetos.
Es una simplificación asociar el necesario cambio de modelo
únicamente a la tecnología, puesto que tan importantes como
ella son los condicionantes sociales, culturales, educacionales,
de estructura territorial, etc. que influyen en ello. No obstante,
las capacidades tecnológicas y la habilidad para establecer
estrategias adecuadas en estos campos constituyen el marco
indispensable para orientar el futuro.
Con las actividades de producción deslocalizándose y trasladándose
a países emergentes con estrategias de reducción de costes,
no se puede competir por precio, sino por servicio y valor
añadido, desplazando el consumo hacia productos y servicios
con mayor tecnología.
En sectores en contacto con el consumidor final, es necesario
incentivar actuaciones encaminadas a la divulgación y acercamiento
al consumidor de las tecnologías implicadas en el proceso
productivo, y de la influencia del desarrollo tecnológico en su
bienestar y calidad de vida (aspectos relacionados con la salud,
medioambiente, demografía, socio-economía…) (BUTLER &
GIBSON, 2011).
Una de las razones importantes del uso de las tecnologías, es
que a la de la incorporación de las mismas (producción, gestión
y/o comercialización) se une una visibilidad mayor de la empresa
(se te reconoce), que se manifiesta en una media de un 25%
(tráfico de conversaciones y recomendaciones que se dan en
Internet) que si no la tuviéramos. Por tanto la conjunción de
ambos factores (visibilidad y productividad) se convierten en
sí mismo en un producto con un altísimo valor añadido que
te lleva a la empresa 2.0.